CASTELLÓ. La última plaga procedente de Sudáfrica -el Trips- se expande a toda velocidad por los campos de cítricos y otros cultivos de la Comunitat Valenciana tras aparecer en mayo de 2024. En estos momentos ya afecta a 325 municipios valencianos, de los que 207 se encuentran en València, 79 en Alicante y 39 en Castellón, según la última resolución de la Conselleria de Agricultura de este miércoles, que actualiza la situación del Trips y publica medidas urgenets.
Esta especie llegó a España por Huelva en 2020 y el primer aviso en la Comunitat Valenciana se dio hace ocho meses, concretamente en tierras de caqui, cítricos y uva de mesa de las comarcas de la Vega Baja y del Baix Vinalopó, en Alicante, y las de La Safor y la Ribera Alta, en València. En agosto ya alcanzó la provincia de Castellón.
Su propagación ha continuado en los últimos meses y en el caso de Castellón afecta a casi todas sus comarcas productoras. Hay parcelas infectadas en Alcudia de Veo, Alfondeguilla, Almassora, Almenara, Alquerías, Altura, Argelita, Artana, Azuébar, Benicàssim, Betxí, Burriana, Cabanes, Castellnovo, capital de la Plana, Xilces, Eslida, Espadilla, Fanzara, Geldo, La Losa, Moncofa, Nules, Onda, Orpesa, Peñíscola, Sant Joan de Moró, Segorbe, Sot de ferrer, Sueras, Tales, Torreblanca, la Vall d'Uixó, Vila-real, la Vilavella, y Vinaròs.
El Scirtothrips aurantii es un insecto nacido en el sur de África y causa daños en la fruta y la hoja. El Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) trabaja en una estrategia cómo combatir esta plaga mientras la Conselleria realiza una serie de recomendaciones a los agricultores.
Recomendaciones obligatorias
La orden de la Generalitat establece una serie de medidas, de obligado cumplimiento, en plantaciones al aire libre o invernadero afectadas: tratamientos fitosanitarios con los productos autorizados para su control (se deberán aplicar un mínimo de dos tratamientos consecutivos con un intervalo de dos a tres semanas alternando las sustancias activas de modos de acción diferentes); instalación de trampas adhesivas cromotrópicas; y proceder a la inspección y limpieza de herramientas, maquinaria y vehículos empleados para el transporte de frutos, a fin de evitar el movimiento accidental del organismo. En las zonas tampón, se implementarán además medidas de vigilancia intensiva, con la colocación de trampas adicionales para la detección temprana y se realizarán inspecciones de herramientas, maquinaria y vehículos.
Para la erradicación en viveros, almacenes y centros de distribución, son obligatorios tratamientos fitosanitarios que aseguren la correcta eliminación de la plaga de todos los lotes de ramas y flores cortadas contaminadas, o a su destrucción en caso de no poder aplicar el producto fitosanitario, además de llevar un control exhaustivo para garantizar que el material vegetal que salga de sus instalaciones se encuentre libre del organismo nocivo.
AVA reclama ayudas al Consell
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) solicita a la Conselleria de Agricultura que destine una línea especial de ayuda, mediante pagos económicos o el reparto de productos fitosanitarios y trampas, para subvencionar la realización de las medidas de erradicación impuestas en esta normativa en las explotaciones agrarias afectadas por este nuevo trips.
AVA-Asaja denuncia que “la Unión Europea ni impidió en su momento la entrada de esta plaga, procedente del sur de África, ni permite ahora el uso de soluciones eficaces para combatirla. Los agricultores valencianos no tendríamos que costear de nuestros bolsillos la lucha contra un problema que nos han generado las administraciones por su falta de competencia o de voluntad para hacer cumplir la ley. Si la Conselleria de Agricultura no pudiera afrontar las medidas de apoyo que necesitamos, debería dirigirse al Gobierno español y la Unión Europea, principales responsables del impacto de esta plaga, para que la apoyaran financieramente”.
Según estimaciones de AVA, "la falta de soluciones eficaces, la introducción de nuevas plagas procedentes de países terceros -especialmente el Scirtothrips aurantii- y la mayor persistencia de las mismas a causa del cambio climático provocaron en 2024 unas pérdidas de 80 millones a los productores y un considerable desperdicio alimentario a pie de campo".
