VALÈNCIA. Del congreso provincial del PSPV de Valencia celebrado este fin de semana pueden extraerse diversas conclusiones e interpretaciones. Tal y como informó este diario, la primera incógnita que debía resolverse era qué actitud adoptaría el nuevo líder, Carlos Fernández Bielsa, ante su primera decisión importante: el diseño de la nueva dirección del partido.
El alcalde de Mislata, también apodado 'El Príncipe' en varios círculos socialistas, se encontraba ante el dilema de priorizar sus apuestas o, más bien, ejercer un papel de cortesano ante el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y sus afines, dado que el 80% de votos logrado en las primarias frente a la 'abalista' Mercedes Caballero, se sustentó gracias en una parte importante gracias al respaldo del llamado 'ximismo'.
Bien. A simple vista, podría decirse que Bielsa cumplió con la parte del acuerdo -según el 'ximismo'- alcanzado de situar a dos cargos importantes afines a Puig en la cúpula. Sin embargo, a los que atienden con más detalle la letra pequeña de lo órganico en el PSPV, no se les escapa que algunas de las maniobras del alcalde de Mislata han ido en dirección de marcar su territorio para ejercer un control y dominio más exhaustivo que a complacer al Palau de la Generalitat. O lo que es lo mismo, la Ejecutiva parece estár más diseñada por 'El Príncipe' que por un mero súbdito.