ELCHE. La Inspección de Trabajo de Alicante ha iniciado la apertura de un expediente sancionador a la empresa Lesma Aviation, la representante de Ryanair en el aeropuerto de Alicante-Elche, tras negarse a hacer entrega de uniformidades de protección contra los efectos nocivos de la radiación solar a los trabajadores que desempeñan su labor en la pista de aterrizaje y despegue.
El comité de empresa de Lesma lo llevaba solicitando desde marzo, dado que para realizar su trabajo en época estival, las temperaturas superan los 40 grados. Tras la pasividad de la empresa con el problema, el comité denunció la situación en la Inspección de Trabajo, quien dio un plazo de diez días a Lesma para que dotase a la plantilla de dicha protección, algo que tampoco cumplió, por lo que se ha procedido a la apertura de un expediente sancionador.
Los hechos se remontan al 2 de diciembre de 2015, fecha en la que la plantilla es subrogada a la nueva empresa, Lesma; un proceso en el que no estaban incluidos los equipos de protección contra la radiación solar. Los han estado solicitando bastante tiempo, y fue a partir de marzo de 2017, cuando empezaron a pasarlo bastante mal, como relata Carlos Iborra, presidente del comité de empresa. “Volvimos a retomar el tema con la empresa para que en la época estival no volviese a suceder. Y por muchos intentos que hicimos, no nos hacían caso, y eso que por ley tienen que darnos protección contra la radiación solar. Hay días al aire libre a temperaturas que superan los 40 grados”, explica. Una situación que afecta a alrededor de 160 empleados, 150 de Ryanair y varios coordinadores de Lesma.
Los trabajos a esta temperatura han provocado problemas como dolores de cabeza, cefaleas o mareos, puesto que pasan 8 o 9 horas en la pista. “Es bastante duro trabajar en esas condiciones”, asevera Iborra. Con la situación y las denuncias hechas, ignoradas completamente por la empresa, Inspección procede a la apertura de diligencias y de un expediente sancionador por no cumplir con sus obligaciones, obviando además las indicaciones de los técnicos de salud laboral, tanto de los sindicatos como de la empresa, que también lo hicieron constar. La denuncia se puso en abril y hasta primeros de agosto no les citó Inspección, por lo que “el daño ya estaba hecho”, apunta el presidente del comité. Al poco tiempo desde la Autoridad Laboral se insta a la empresa a que entregue a los trabajadores, en un plazo de diez días, la protección (gorras y cremas protectoras), haciendo caso omiso una vez más.
Finalmente, pasado el plazo, la empresa entregó cremas de protección para las quemaduras, pero no las gorras, de las que anunció que las entregaría ya a final de mes. Por lo tanto, a pesar de que el expediente aún no está cerrado, la sanción económica parece segura por ese incumplimiento del plazo de Lesma, aunque finalmente sí entregaran la equipación protectora. Con todo, Iborra considera que la empresa ha tenido “una actitud perversa”, ya que asegura que había disponibilidad del modelo de gorra pactado, pero no se facilitó en su momento.
Asimismo, esta es sólo la punta del iceberg, pues los problemas con Lesma son constantes, señala Iborra. Esgrime que en poco más de año y medio, se han hecho 44 denuncias a Inspección de Trabajo, a los juzgados o a la propia AENA. De esas 44, sólo en una ocasión se le ha dado la razón a la empresa, en el resto de los casos los resultados han sido favorables a la plantilla o aún están pendientes de resolución. Como denuncia Iborra, “van con lo mínimo, sólo van a cumplir con aquello que les obligue la ley”.
Los casos en los que se ha denunciado a la empresa van desde el no respetar la conciliación familiar de los trabajadores, obligarles a hacer horas extraordinarias a aquellos que tienen dicha conciliación, hasta impagos de los salarios, “tremendos y constantes”, afirma Iborra, pasando por falta de entrega de uniformidades. En algunos casos, son los propios trabajadores quienes ponen solución: algunos se han pagado sus propios equipos de protección particular, o se han traído pantalones, zapatos o camisas propias por la falta de uniformidades. “Llevamos dos años intentando que nos den un calendario laboral”, explica Iborra mostrando su hastío. Además, también explica que ha habido represalias a delegados del comité de empresa y se ha despedido a dos miembros del mismo, por lo que han denunciado la situación ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV). En el caso de los despidos se ha apelado al Tribunal Supremo.
Por otra parte, las dos primeras semanas de septiembre, plantilla y empresa se verán las caras en los juzgados por vulneración del derecho de huelga de los trabajadores. A este respecto, Trabajo también ha sancionado a Lesma por impedir también el derecho de asamblea de los trabajadores. Con tantas sanciones y problemas, lo que subyace, según la hipótesis que defienden desde el comité de empresa, es que a Lesma le es más rentable pagar las multas que atender al derecho de los trabajadores.