El director financiero del Sabadell, Leopoldo Alvear, y el consejero delegado, César González Bueno, este juevesALICANTE. El Banco Sabadell ha puesto velocidad de crucero para alcanzar su objetivo de presentar una rentabilidad superior al 6% este ejercicio, con la mirada puesta en equilibrar el ROTE y el coste de capital, y para ello no solo se aplica en mejorar los ingresos del negocio bancario sino también a seguir reduciendo los costes recurrentes. En el primer trimestre, la pata de los ingresos, ha crecido un 3,6% respecto a 2021 hasta 1.217 millones de euros. Y la segunda, los costes, se ha reducido un 5,6%: 726 millones frente a los 769 de hace un año.
En el primer trimestre, así, el banco con sede en Alicante ha logrado ahorrar 13 millones gracias al plan de eficiencia que puso en marcha el año pasado, con el cierre del 25% de sus oficinas y un ERE para más de 1.600 empleados. Cabe tener en cuenta que las salidas se han producido en este trimestre, por lo que los mayores ahorros llegarán en los tres siguientes. El consejero delegado de la entidad, César González Bueno, confirmó este jueves que mantienen el objetivo de ahorrarse 110 millones al final de 2022.
Una cifra algo superior a la inicialmente prevista (al menos 100 millones anuales) gracias a que finalmente salieron más personas del mínimo previsto en el ERE, y a que el Sabadell ha reaccionado a la inflación con más ajustes. No en cuanto a su plantilla y red, que de momento permanecen estables, sino en lo que se refiere a sus proveedores. "Todo el peso del ahorro no puede descansar sobre el personal y la red de oficinas", admitió el CEO, "por lo que en el horizonte no vemos una nueva reducción significativa de la plantilla".
Lo que sí ha reordenado el banco es su nómina de proveedores. Además de renegociar contratos vigentes y 'blindarlos' frente a la inflación, conteniendo la base de los costes, el banco ha reducido significativamente el número de empresas externas a las que contrata servicios para su día a día. Así, por ejemplo, el Banco Sabadell ha pasado de tener 150 empresas proveedoras de software a solo 3, que han centralizado todos los servicios que antes se contrataban al resto. "En esta medida no se ve un ahorro inmediato, pero se notará con el tiempo en las menores amortizaciones", explicó González Bueno.
El ahorro anual a partir de 2023, si no surgen nuevos imprevistos inflacionistas, podría alcanzar los 130 millones de euros. La diferencia con 2022 es que los sueldos de muchos afectados por el ERE (que costó 269 millones en indemnizaciones) aún se han pagado en los primeros meses. Con una pata creciendo y la otra reduciéndose, la entidad está más cerca del ansiado objetivo de igualar la rentabilidad y el coste de capital. Al cierre del primer trimestre, el ROTE es del 6,5%, medio punto por encima del objetivo para final de año, mientras que el horizonte final ronda el 8%.
González Bueno, que cumple un año desde su nombramiento como consejero delegado para sustituir a Jaime Guardiola, consideró que el balance de este aniversario es "muy bueno" porque el resultado de su reestructuración es "satisfactorio". El nuevo CEO creó cinco unidades de negocio diferenciadas (tres en España, más México y TSB en Reino Unido) y puso el foco del equipo en la rentabilidad, tras descartar categóricamente hace ya doce meses operación corporativa alguna (la venta de TSB o la fusión con BBVA, que estuvieron sobre la mesa).
