Moskito Wear toca a la puerta de los mercados tropicales americanos y asiáticos

ALICANTE. El pasado 25 de abril, Día Mundial contra la Malaria, Moskito Wear abría la persiana de su tienda online. Miguel Ángel González, fundador y CEO de la startup, quiso darle un formato más original a su e-commerce de productos anti mosquitos. Hecha la alianza con un partner tecnológico, la marca alicantina ha empezado a rodar con cifras modestas pero en una clara línea ascendente. “Esperamos cerrar el año con 150 pedidos y unas ventas que ronden los 10.000 euros”, indica este joven emprendedor alicantino.

La joven empresa ha previsto una escalabilidad progresiva que va desde su origen –venta en España- a buscar mercados tropicales. González explica que ya han recibido peticiones de países de América Latina, que de momento no pueden atender, hasta no encontrar un socio local. “Estamos negociando con varias empresas interesadas en la distribución de nuestra marca en países de Sudamérica y Asia, pero todavía no hemos cerrado nada. Además “próximamente tendremos puntos de venta físicos en varias ciudades españolas”.

La financiación de la startup ha venido por la inversión propia del CEO y por los reconocimientos logrados este mismo año: Premio Fashion Ideas Tuning 2016, una iniciativa de Ideas4all y Lánzanos que les permitió realizar una campaña de crowdfunding para vender las primeras camisetas y el Premio Nuevas Ideas Empresariales de la Fundación Empresa Universidad de Alicante (Fundeun), patrocinado por La Caixa que les aportó capital para ampliar el catálogo de productos (pañuelos, camisetas, calcetines, manteles, entre otros). Ahora tienen dos líneas, una de ropa de aventura con camisetas y otros accesorios -pañuelos bandana para el cuello y calcetines técnicos- y otra de ropa urbana para adultos y niños. “El producto estrella es, aunque parezca mentira, las camisetas de manga larga para la gente que se va de viaje a países tropicales”, explica Miguel Ángel.

La innovación está muy presente en todo el proceso de creación y el joven equipo compuesto por cuatro personas está ultimando unas camisetas con mascotas propias que han denominado “La Pandilla”. Mike, Alice, Bob y Jonhy son los nombres de sus mascotas, cuatro mosquitos con los que buscan ampliar su red de clientes. El fundador y CEO apunta a que “la primera decisión fue buscar un equipo multidisciplinar para dar forma a la idea. Creo que éste ha sido el mayor acierto ya que las ideas no son nada sin un buen equipo que lo desarrolle. Errores hemos tenido varios, y esperamos seguir teniendo porque eso querrá decir que seguimos haciendo cosas”.

El planteamiento de Moskito Wear parte de la convicción de que “la ropa funcional es una realidad, ya que el mundo está cambiando, no solo a nivel tecnológico sino también el propio planeta está sufriendo cambios que obligan a las empresas textiles a crear prendas que den solución a estos problemas como es el caso de nuestra ropa anti mosquitos o ropa de protección solar”.

La nanotecnología ha facilitado la salida al mercado de este tipo de productos que, por otra parte, no necesitan de cuidados especiales. “Su lavado es como el de cualquier camiseta normal”. Lógicamente, bajo una perspectiva de cambio climático, la apuesta de la startup alicantina fue la de contar con unas camisetas eco-friendly. “El principio activo que utilizamos para impregnar la ropa no perjudica la salud ni al medio ambiente. La gente piensa que al llevar incorporada la tecnología anti mosquitos, es un producto caro, pero están confundidos ya que pueden comprar bandanas desde 8 hasta camisetas de 25 euros”. En el futuro inmediato, Moskito Wear está estudiando ampliar   su catálogo para embarazadas y bebes.

A la pata medio ambiental, hay que sumarle la social. “Desde el principio hemos querido aportar nuestro granito de arena al problema de la Malaria en África, colaborando con la ONG África Stop Malaria en todas sus iniciativas. No nos cerramos a ninguna colaboración que nos aporte valor, de hecho hemos colaborado con una agencia de viajes de aventura y aventureros”, señala Miguel Ángel.

Este emprendedor ha vivido en carne propia la creación de otras dos empresas a sus 34 años. “Ya son varios los proyectos que he puesto en marcha, por lo que no ha sido tan duro como cuando creas el primero, pero no es tarea fácil, son muchas horas de trabajo dedicadas y capital. Durante el camino hay aciertos y errores, estos últimos te sirven para no cometerlos en futuros proyectos como ha sido mi caso en Moskito Wear. Sobre el panorama actual en Alicante, echa en falta inversores que apuesten por emprendedores; no obstante, las dificultades no restan buenos propósitos a una persona que no duda en crear otro proyecto en un futuro. El mundo del emprendedor es apasionante.