Masymas acaba de alcanzar los 35 años. José Juan Fornés recuerda los inicios de su trayectoria profesional, ayudando a su padre, que era distribuidor de productos para las tiendas de la Marina Alta. En 1981, adoptó la decisión de dejar la distribución y abrir un supermercado en Pedreguer. "Aquello costó mucho, infinidad de noches sin dormir". Hoy, 35 años después, Masymas tiene 126 tiendas repartidas por toda la Comunitat Valenciana y Murcia y 2.400 empleados. Forma parte de la central de compra que comparten cuatro grandes cadenas de tiendas y que todos usan la marca Masymas. Fornés augura que su empresa seguirá creciendo, pues en el sector de la distribución alimentaria no se puede estar parado ante la frenética actividad de la competencia.
¿Se nota la recuperación económica en el consumo?
-Un poco sí. Parece que haya un poco más de optimismo. No hay tanto freno, como hasta el momento. El crecimiento del empleo y la estabilidad del Gobierno ha generado confianza. Posiblemente, esta sea la mejor Navidad desde que comenzó la crisis. Estamos notando una ligera recuperación.
-Esta mejora modifica los planes de expansión de Masymas o el futuro ya está diseñado...
-Desde que comenzó la crisis no hemos parado de crecer. Lo que vamos a hacer es crecer de manera sostenida, sin afán de hacer grandes barbaridades, consolidando poco a poco. En una empresa, sin ilusión, o creces o retrocedes. Y para optimizar los procesos y los costes, es necesario crecer en facturación y para ello, hay que invertir. En superficie constante es muy difícil crecer.
-Cuáles son los planes a corto plazo...
-En breve, abriremos otro establecimiento que se llama Fornés by Masymas en Valencia, que es una tienda más urbana, de proximidad, en una zona de alta densidad peatonal, sin aparcamiento, que ya existe en la ciudad y vamos a abrir la segunda. Es un modelo complementario al actual, que da buenos resultados y por eso damos el paso de abrir la segunda. Estamos contentos con este modelo. Para el año que viene, pues se abrirán cuatro o cinco tiendas. En Xàbia, habrá un nuevo supermercado y otras dos más en otros municipios. Todos los años se abren nuevas tiendas, pero no tenemos prisa por crecer.
-En su sector, hay mucha competencia...
-Son muchas las cadenas que competimos, todas son muy potentes y no hay espacio para ser ineficiente. Lo que hace la competencia juega un papel importante para ponerte las pilas cada día y poder hacer mejor los procesos. La idea es buscar siempre la diferenciación y la mejora en la atención al cliente para que tu oferta sea atractiva. No lo tenemos fácil porque en la Comunitat Valenciana hay grandes operadores, que lo hacen muy bien. Este año cumplimos 35 años y eso significa que estamos haciendo las cosas bien.
-Quizás la competencia sea más grande por la vocación expansionista de las cadenas valencianas...
-Aquí está la cuna de las cadenas más importantes de distribución de España. La densidad comercial es superior a la de otras comunidades autónomas. Por tanto, hay que buscar maneras de competir mejor.
-La revolución digital va a ser completa en los supermercados...
-La compra digital todavía es muy minoritaria. Sólo representa el 1% es una situación que va a más. Ya hay una parte de la sociedad, más joven, que compra a través de plataformas digitales. A lo mejor no tanto en alimentación...pero no debemos olvidar que eso está ahí y que hay que atenderlo de la mejor manera posible. Estamos trabajando para estar preparando para activar nuestra plataforma. Estamos invirtiendo en ella.
-¿La compra digital se da más en las grandes ciudades? ¿Es más urbana?
-Es preferible comenzar en las grandes urbes y después expandir en poblaciones más pequeñas.
-El sistema de retorno de envases que intenta poner en marcha la Generalitat Valenciana está siendo muy polémico...¿Lo ve factible? ¿Hay que corregirlo?
-En la situación actual del retorno de envases estamos cómodos. En España se recicla el 74% del total envases que se pone en circulación. En Bélgica es el país que más lo hace y llega al 80%. Por lo tanto, aún hay camino para hacer acciones, minimizar el impacto medioambiental y lo que puede provocar los residuos: Ahora, con respecto al sistema que ahora quiere poner en marcha la Generalitat, querríamos agotar las vías de diálogo para buscar soluciones para conseguir un objetivo final: reducir el impacto medioambiental.
-¿Cuál es la gran diferencia entre el sistema actual y el nuevo que se quiere imponer?
-Hemos expuesto nuestro punto de vista, no sólo el nuestro, también el de los distribuidores y fabricantes. La diferencia es que el nuevo sistema encarece el coste y puede generar más gastos internos en las empresas: inversiones en máquinas, mayor espacio para almacenar envases, la dificultad de saber si funciona bien el sistema y, sobre todo, la unidad de mercado. En la Comunidad Valenciana habrá en sistema y, en mi caso, que tengo supermercados en Murcia, qué pasará: ¿habrá otras máquinas?, ¿otro sistemas?, ¿otras etiquetas? Es muy complicado. Ahora estamos optimizando el actual sistema, podemos hablar con la Conselleria de Medio Ambiente para mejorarlo, pero no por implantar un nuevo sistema. Confío en el diálogo.
-El sistema de cobro de bolsas fue tan traumático en su momento...
-Al principio chocó, pero como los hicimos todas las empresas a la vez, el consumidor lo asimiló bien. Y eso ha provocado que el consumidor venga preparado de casa con su bolsa. Estamos reduciendo el impacto del medio ambiente de una manera responsable. Era también una obligatoriedad de la Unión Europea.
-Falta cultura medioambiental en el consumidor...
-Yo creo que es muy alta. Todos en casa reciclamos y hacemos la selección y vamos al contenedor que corresponde. No creo que la gente vaya por la calle tirando envases....Si de verdad los estudios revelan que ya reciclamos el 74% de los envases, no entiendo porque hay un empeño tan grande y de forma obligatoria un determinado modelo. Vamos a trabajar por una solución consensuada.