ALICANTE. Los dos tránsfugas del pleno de Alicante, Fernando Sepulcre, exconcejal de Ciudadanos, y Nerea Belmonte, exedil de Guanyar, han permitido que las cuentas del tripartito salgan adelante con su abstención. El primero había avanzado su abstención en su intervención inicial al confiar en que se aceptasen sus propuestas como compromisos políticos y al considerar que no había alternativa mejor. Belmonte, por su parte, había avanzado que también se abstendría si se aceptaban sus enmiendas todavía vivas, como así ha sido. El equipo de Gobierno, el tripartito en situación de minoría compuesto por PSOE, Guanyar y Compromís, ha aceptado dos de las sugerencias presentadas por la no adscrita relacionadas con las concejalías de Acción Social y Ciudadanos. En cambio, se han rechazado todas las presentadas por el PP y Ciudadanos, que ya habían advertido de su voto en contra incluso en el caso de que se aceptasen sus propuestas.
El exconcejal de Ciudadanos, Fernando Sepulcre, había manifestado durante el pleno de presupuesto de Alicante que la alternativa de otro posible gobierno sería peor. Así, había añadido, optaba por dar un voto de confianza al tripartito. La también edil no adscrita, Belmonte, había anunciado su abstención si se aprobaban las enmiendas a votar en el pleno. De este modo, había avanzado que no podía emitir un voto favorble porque no eran sus cuentas y no las había negociado, pero que no iba a bloquear el funcionamiento de la ciudad como se le había estado acusando desde que se produjo su destitución como edil de Vivienda y Acción Social y su expulsión del grupo municipal de Guanyar, hace un año.
Con las abstenciones de Sepulcre y Belmonte, y el voto a favor de Guanyar tras el compromiso verbalizado por el alcalde, el presupuesto ha quedado aprobado con más votos a favor que en contra, sin necesidad de que el tripartito en situación de minoría tenga que forzar su aplicación de forma automática vinculándolos a una cuestión de confianza. Durante su intervencion, el portavoz del PP, Luis Barcala, había llegado a retar a Echávarri a romper con Guanyar, a no someterse a su chantaje y a exponerse a ese voto de confianza. Había dicho que cualquier alternativa era mejor que aprobar el presupuesto con el respaldo de dos tránsfugas y las exigencias de Guanyar.
El alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, en la intervención inicial con la que se ha abierto el pleno, había cumplido el compromiso alcanzado con Guanyar como condición para apoyar el presupuesto del Gobierno del que forman parte. En esta línea, había anunciado que se aprobará una primera modificación de crédito para ampliar los fondos de Acción social y Cooperación.
Pero no sólo eso. El primer edil había hablado largo y tendido, cosa que no hizo en el debate sobre el estado de la ciudad, y había avanzado una serie de propuestas políticas con reflejo económico como la supresión de los Patronato de Vivienda y el de Escuelas Infantiles para destinar sus presupuestos a Acción Social y Sanidad; el refuerzo de personal de Urbanismo para agilizar expedientes; la creación de una oficina antifraude para vigilar cada euro de gestión pública que estaría a cargo del líder de Compromis, Natxo Bellido; la eliminación de dos dedicaciones exclusivas para cada uno de los dos grupos de la oposición; el rescate de la vía ejecutiva de la recaudación de impuestos, todavía en manos del organismo tributario de la Diputación, Suma; y la salida de Alicante de la Mancomunidad de l'Alacantí para redirigir su aportación de 500.000 euros y el ahorro derivado de todo ese conjunto de medidas a otros fines. Además, ha destacado la reducción de la deuda de 131 millones que dejó el PP a 81 millones en menos de dos años. Había insistido en que son los únicos presupuestos posibles por esa situación heredada y había vuelto a reclamar apoyo de toda la oposición que, finalmente, no se ha producido.