ELCHE. Seguir compitiendo en aquellos aspectos en los que cada ciudad debe seguir su propio camino, pero reivindicar de forma conjunta ante Valencia y Madrid aquellas inversiones que beneficien al eje que forman Alicante y Elche. Ese es el compromiso que escenificaron este miércoles los alcaldes de las dos principales ciudades de la provincia, Gabriel Echávarri y Carlos González (ambos del PSOE) ante una treintena de representantes del empresariado y la sociedad civil de las dos ciudades, convocados por el presidente de Cepyme, Cristóbal Navarro, para conocer de primera mano el proyecto de 'Área funcional Alicante-Elche' elaborado por la plataforma Elche Piensa y presentado en la Institución Ferial Alicantina (IFA).
El proyecto, ya adelantado en su día por Alicante Plaza, propone establecer una relación de colaboración entre iguales de los dos polos del eje, según el concepto de área funcional que maneja la Unión Europea ("un mercado de trabajo y patrones de movilidad de las personas que se desplazan diariamente al lugar de trabajo, que incluye el sistema urbano más amplio de las poblaciones cercanas que son altamente dependientes económica y socialmente"). Un proyecto común que debe ser asumido por ambas ciudades y desarrollarse a lo largo de la vigencia de sucesivas corporaciones municipales, para captar nuevas actividades e inversiones públicas y privadas buscando el equilibrio entre las dos ciudades (que ahora se decanta hacia la capital de la provincia).
La presentación, aunque con matices, fue bien recibida por los dos mandatarios municipales. El alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, avanzó que ha propuesto a su homólogo de Elche y compañero de partido firmar un documento entre las dos ciudades para reivindicar de forma conjunta las inversiones necesarias en la zona "gobierne quien gobierne en Madrid y en Valencia", para no estar 'atados' en función del color del partido que ocupe las instituciones. Claro que ese acuerdo, que recoge (al menos en la voluntad de trascendencia temporal) el espíritu del área funcional, requiere que los dos compañeros de partido sigan en su puesto más de una legislatura, o que quien los suceda haga suyo el compromiso.
Echávarri se declaró un "firme defensor de la conurbación entre Alicante y Elche", al entender "la frontera como punto de unión, y no de separación". Así, las dos ciudades "deben complementarse, cosa que nunca han hecho". "De la mano somos más fuertes, ante la Diputación, la Generalitat y el Gobierno central", señaló, por lo que no es partidario de competir entre las dos ciudades sino de defender juntas sus intereses. En este sentido, señaló ejemplos de hitos en uno y otro polo que se complementan, como el aeropuerto de El Altet, "que es mi aeropuerto", o el polígono Elche Parque Empresarial, con el que "no tengo que competir, sino complementarlo". También citó el caso del puerto de Alicante, "que es el de Elche", o las dos universidades públicas, que "no tienen que ofertar las mismas carreras, sino complementarias" (en velada alusión a la intención de la UA de recuperar la Facultad de Medicina).
Algo más reacio se mostró su homólogo ilicitano, que no obstante admitió la "profunda interrelación" entre dos ciudades situadas a tan solo 18 kilómetros que "comparten mercado de trabajo y dinámicas socioeconómicas". Por eso, confesó que "miramos con recelo determinadas situaciones porque venimos de 20 años de olvido inversor sistemático en Madrid y Valencia", y "los efectos directos de la inversión se desplazan allí donde se realiza". Es decir, una inversión como la EUIPO beneficia al área funcional compartida, pero su impacto directo se produce en Alicante, que es donde se ubica. Algo similar sucede con Ikea, una inversión a la que Elche está dispuesta a abrirse si finalmente no se instala en Alicante, tal como reconoció ayer una vez más el primer edil de la ciudad de las palmeras.
Con todo, Carlos González señaló que "juntos somos más fuertes", por lo que "tenemos que ser capaces de identificar qué infraestructuras, inversiones y elementos son activos para el área funcional, y trabajar para conseguirlos". En este sentido, citó media docena de ejemplos, como la conexión del aeropuerto por ferrocarril con las dos ciudades (con dos estaciones, en El Altet y Elche Parque Empresarial), el tercer carril de la A-31 y de la A-7, quitar el peaje de la A-70, o dar salida directa a la autovía al parque empresarial ilicitano, entre otras. "Tenemos que ser capaces de pensar juntos, además de trabajar unidos". Algo que admitió que es "complejo, aunque hay voluntad por las dos partes".
Tras las intervenciones de los dos alcaldes se abrió un debate entre los asistentes convocados por el presidente de Cepyme, entre los que se encontraban los presidentes de las plataformas Elche Piensa, Juan Antonio Marín, de la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas (PIC) de Alicante, Manuel Marco, el periodista y expresidente de la PIC José María Perea, el profesor de la UA y experto en infraestructuras Armando Ortuño, el presidente de la asociación empresarial Estic, Joaquín Garrido, o Javier Mondéjar, de la Cámara de Comercio de Alicante, entre otros muchos.
El arquitecto Pepe Amorós fue el encargado de presentar el análisis y propuesta de área funcional elaborado por Elche Piensa, que tras analizar las potencialidades y errores cometidos en el área funcional entre las dos ciudades (dos núcleos de tamaño medio que juntas suman el 31% de los habitantes de la provincia, y donde "lo más significativo" está en el terreno entre las dos, como la EUIPO, el puerto, el aeropuerto, Elche Parque Empresarial o IFA), concluye con una batería de 25 propuestas sobre las que articular ese proyecto colectivo. La más importante, una "reserva de suelo estratégico" en el 'codo' entre la montaña y la huerta, que ofrece buenas localizaciones y la posibilidad de ampliarse en el futuro, para desarrollar un área de servicios provinciales.