ALICANTE. El 9 de diciembre de 2016, Carmen Martínez, matriarca de la familia Sala, moría de dos disparos en el concesionario de Novocar que gestionaba su yerno Miguel López. El asesinato conmocionó a la ciudad y destapó la 'guerra fría' empresarial que se había vivido en el seno de la familia en los últimos meses, dividida por la gestión del negocio familiar (y cuya relación con el crimen trata de determinar el juez). Hasta ese momento, sin embargo, la siempre discreta familia del expresidente de la CAM Vicente Sala había sido conocida apenas por su actividad empresarial.
Y las cuentas del año 2015, las últimas que se aprobaron (en junio de 2016) antes de la tragedia, revelan que la actividad empresarial del holding Samar Internacional S.L., que gestiona el negocio de los plásticos al que se dedica la familia en medio mundo, iba viento en popa antes del asesinato de la matriarca. Según dichas cuentas, aprobadas por la junta general de accionistas (Carmen Martínez, sus cuatro hijos y su hermana) y depositadas hace unos días en el Registro Mercantil, la sociedad holding de la familia facturó 256,7 millones de euros durante el año 2015 a través de todas sus sociedades dependientes, y arrojó un beneficio de 8 millones de euros.
Unas cifras que suponen un notable incremento tanto en el volumen de negocio como en el resultado del ejercicio respecto al año 2014, como así se hace constar en el informe de gestión del consejo de administración. Así, Samar Internacional facturó un 6% más que el año anterior, cuando la cifra de negocio se quedó en 242,2 millones de euros. En cuanto al beneficio obtenido por el imperio empresarial de la familia Sala, pasó de los 5,92 millones de euros de 2014 a los citados 8,14 millones: un 37% más.
Estas cuentas son las últimas que elaboró el consejo de administración formado por todos los miembros de la familia. Como ha contado Alicante Plaza, las disputas entre los dos 'bandos' de la familia motivaron que, en septiembre, las tres hermanas (María del Mar, Antonia y Fuensanta Sala Martínez) depusieran a su hermano, Vicente Jesús, como presidente del consejo en una junta de accionistas. Su lugar lo ocupó María del Mar, apenas un mes (entre el 29 de septiembre y el 24 de octubre), hasta que su madre, poseedora de la 'acción de oro' creada por su marido que le permitía vetar determinadas decisiones del resto de accionistas, disolvió el consejo de administración y nombró a su primogénito administrador único.
Esta situación se mantiene en la actualidad, pese a que las hermanas la han impugnado. Pero las cuentas de 2015 aún las firmaban los cinco miembros del consejo, la madre y los cuatro hermanos. El informe de gestión refleja que ese año "el grupo ha continuado con su actividad tanto a nivel nacional como internacional, tratando de expandir nuevos mercados", y que para 2016 preveía "una evolución favorable de las principales magnitudes de resultados del grupo en los mercados en los que opera, con lo que se espera un mayor crecimiento en ventas y resultado a través del mantenimiento en los márgenes".
Buena parte del negocio de Samar Internacional está en el extranjero (de hecho, una de las primeras líneas de investigación sobre el crimen era de la un sicario contratado en Sudamérica). Según la memoria, en 2015 facturó 66,2 millones de euros en España, otros 8,2 en el resto de la Unión Europea, y nada menos que 182,2 millones de euros en el resto del mundo. Mientras las ventas en España y Europa se mantenían respecto a 2014 (en realidad, con un ligero retroceso en ambos mercados), se dispararon en el extranjero casi un 9% (en 2014 las ventas al resto del mundo fueron de 166,2 millones). Es decir, que el incremento de facturación y de beneficios está directamente ligado al crecimiento de la empresa en el exterior.
Menos de tres meses después de aprobarse estas cuentas, estallaba la 'guerra fría' empresarial en el seno de la familia, con destituciones y nombramientos cruzados en pocas semanas. Como ha contado Alicante Plaza, la matriarca situó a Vicente Jesús Sala como administrador único de Samar Internacional, y se nombró a sí misma al frente de la sociedad patrimonial Compañía Española de Resinas S.L. El 9 de diciembre, Carmen Martínez fallecía en el concesionario Novocar, la única empresa del grupo que no daba beneficios (de hecho, arrastra varios años de pérdidas) y que, hasta su detención como principal sospechoso, estaba gestionada por el marido de su hija Fuensanta. La teoría de la Policía es que el autor del crimen fue el propio Miguel López, detenido por estos hechos y en libertad bajo fianza desde marzo. Y que el móvil fueron, precisamente, las desavenencias sobre la gestión del imperio empresarial de los Sala.