ALICANTE. Coepa vuelve a reclamar su sitio. Tras ser rechazada su integración esta semana en la patronal autonómica CEV, el organismo que preside Francisco Gómez ha convocado a su junta directiva para plantear de nuevo una posible alianza con la entidad de Salvador Navarro, pero insistiendo en la cuestión de la territorialidad, algo que la CEV, de momento, no acepta. Su modelo de patronal es de organizaciones sectoriales.
Gómez va a exhibir entre su junta directiva que Cepyme ya es un elemento más de Coepa, fruto de la alianza suscrita con Cristóbal Navarro; es decir, que la histórica batalla entre los organismos, en épocas de Moisés Jiménez, Modesto Crespo o Rafael Martínez Berna, ya ha sido superada. Y sobre todo, que en este nuevo proceso, Coepa ha encontrado a otro aliado, la patronal de Castellón, la CEC, que, como la alicantina, fue a concurso de acreedores y que el juez ha avalado su posterior viabilidad: ahora tiene la difícil tarea de devolver dos millones de euros a sus acreedores. Coepa, una vez devuelto el centro de oficios del Instituto Valenciano de Finanzas, debe devolver mucho menos.
Y en esas, esta semana, Coepa se ha encontrado otro relato en su discrepancia con la CEV de Salvador Navarro: la denuncia de los extrabajadores de la patronal autonómica Cierval, quienes consideran que la CEV es heredera de la antigua patronal autonómica.
Con todos esos elementos, Gómez va a exponer a los asociados que Coepa sólo puede integrarse en la CEV si se le respeta la cuota de la territorialidad. A juicio del presidente alicantino, la CEV no va a defender determinados intereses alicantinos ante las instituciones porque son muy singulares de Alicante, con la reivindicación del agua.
Y a ello, se sumará otro argumento: el peligro de que un juez diga que la CEV es la heredera de Cierval, y por lo tanto, deba asumir todos las deudas que arrastra la autonómica, y le ha llevado a ir a liquidación. Esa panorama complicaría mucho el proyecto de Navarro de ser la gran patronal autonómica formada por todas las organizaciones empresariales sectoriales, entre ellas, Hosbec, Fempa y Avecal. Esta semana, la CEV ha encontrado otro socio, Ineca, que se va a convertir en el servicio de estudios de la entidad de Salvador Navarro.
Gómez está solo en su afrenta. Lo sabe, ha encontrado un aliado inesperado, Cristóbal Navarro, de Cepyme. A ambos les gustaría e, incluso, les seduce el proyecto de la CEV, pero quieren un tratamiento preferencial por tener, en su opinión, la representatividad de la mayoría de las empresas de la provincia de Alicante.
Además de la territorialidad, hay otra discrepancia: Coepa considera que la CEV tiene mucha prisa en obtener todo el protagonismo empresarial. En opinión de los dirigentes alicantinos, las cosas se deberían construir más sosegadamente y con el respaldo y consenso de todos los agentes, algo que por el momento no ven.
Los que se dejaron Coepa, y ahora están ya en la CEV o flirtean con ella, consideran que estamos en otro momento político-económico. Que el modelo de patronal ha cambiado radicalmente respecto a los de hace una década y que la relaciones con la administración y el nuevo modelo empresarial y de las propias empresas requiere de otras formas.
Así, que con todos esos elementos, Gómez tiene que lidiar para lograr un buen acuerdo con CEV, o permanecer en el aislamiento patronal. Una vez más, la territorialidad, es el gran caballo de batalla.