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vivir en comunidad en la tercerda edad

La comunidad de ‘oro’ empieza su andadura en Alicante City

Más esperanza de vida, más independientes, activos y dueños de sus decisiones para determinar cómo vivirán la etapa dorada. El movimiento cohousing inicia esta semana el primer taller de su andadura para convertirse en comunidad. Con esta nueva acción, la provincia será de las primeras del país en tener dos proyectos. Elche ya mira suelo y estudia modelos de gestión. Los séniors toman el mando de sus propias construcciones.

ALICANTE. La Organización Mundial de la Salud estimó este año que la esperanza de vida en España podría situarse en 83,47 años en el caso de los hombres y 88,07 años en las mujeres para 2030. Las mejores expectativas han traído nuevos planteamientos de vida y los que ahora son jubilados no se reconocen bajo esa denominación. El cohousing es una de las respuestas que han cogido auge, porque representa la opción de vivir en comunidad de acuerdo a unas normas y a un planteamiento de vida que pasa por la actividad, la vitalidad, la sostenibilidad y la convivencia con valores.

La ciudad de Alicante empieza esta semana a trabajar con su primer taller del que podría salir la segunda comunidad de ‘oro, pues el grupo de Elche ya se encuentra en fase avanzada. Sus protagonistas apuntan a una sencilla razón: Elegir cómo y con quién envejecer. El incansable trabajo de Prudencio López, portavoz y alma mater de la Organización No Lucrativa Senior Vida Sostenible, se va consolidando a través de un grupo de trabajo que cree firmemente en que es necesario cambiar modelos para contar con un futuro sostenible, un futuro factible que rompa los malos hábitos y estándares.

Las estructuras familiares se han diversificado y los nuevos mayores quieren romper, no sólo con la tradición de que sus hijos los cuiden, sino con la idea de asumir roles estáticos. No quiero jugar a las cartas o que me arrinconen”, dice Amparo Tesisio.

“Las estructuras familiares se han diversificado y los nuevos mayores quieren romper, no sólo con la tradición de que sus hijos los cuiden, sino con la idea de asumir roles estáticos. No quiero jugar a las cartas o que me arrinconen”, dice Amparo Tesisio, madrileña de origen y ahora afincada en Guardamar. Ella forma parte junto a Lola Varcárcel y María Luisa López del grupo de personas que van a formar parte de la primera comunidad cohousing de la provincia.

Las tres asistieron en junio a la charla de presentación que Prudencio López impartió en El Claustro de Alicante el pasado junio ante una sala totalmente llena, a pesar del sofocante calor, y dispuesta a escuchar que hay alternativas a las residencias de mayores que hoy conocemos. Junto a ellas el arquitecto Javier Alfonsea y Antonio Coll, responsable social en Elche y el que ha puesto su experiencia de empresario al servicio de este proyecto en calidad de socio fundador de la ONL.

El “fenómeno de la madurez” lo expone con claridad matemática y prospectiva López: “En 2015, el 43% de la población española tenía más de 45 años, hablamos de 20 millones de personas y la previsión es que para 2020 ese grupo suponga el 59% de los habitantes del país”.

Aquella charla coge forma esta semana y supone empezar a construir una comunidad desde abajo. El “Manual de Senior Cohousing” de Charles Durrett es una guía que se traduce en talleres y contrariamente a lo que se pueda pensar el primer capítulo no es el dinero o el suelo. “Es un proceso difícil”, apunta Amparo, quien desde que se jubiló no ha perdido su vitalidad, sino que la ha alimentado con este grupo embrionario donde no conocía a nadie. “El modo de cómo lo vamos a hacer es lo que se consensua. El dinero no es lo más espinoso”, asegura.

Sus compañeras de aventura coinciden en este aspecto a pesar de tener claro que estamos ante una opción diferente. “No vamos a envejecer, vamos a convivir”, matiza Lola Valcárcel, una administrativa aún en activo reflexiona sobre la pérdida de la cercanía en las relaciones, pero también apunta a la lucha por su independencia. “A mi hija y a mi hermana le parece genial”, comenta. En este sentido, María Luisa, también ilicitana, da una de las claves: Independencia. “No quiero una vejez de estar en casa. Me la imagino muy activa” y lo piensa cuando aún no ha cumplido los 60 años.

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