ALICANTE. El futuro de la Alcaldía de Alicante y la identidad de su inquilino sigue sin despejarse a sólo seis días de que se celebre el pleno de investidura para elegir al sustituto del socialista Gabriel Echávarri, tras el registro oficial de su dimisión al cargo y al acta de concejal, el pasado lunes. Hasta este viernes, el único componente que se daba por definitivo en torno al desarrollo de esa sesión era precisamente el de su fecha de celebración: la segunda ciudad de la Comunitat tendrá nuevo mandatario el próximo jueves 19, dos días antes de que se agote el plazo legal para la convocatoria de ese pleno de elección. Fuentes municipales confirmaron que el Ayuntamiento ya ha recibido la credencial acreditativa que permitirá que Miguel Castelló (hasta ahora asesor de la Concejalía de Fiestas) tome posesión como nuevo concejal del grupo socialista (era el número 7 de la candidatura de 2015) por lo que el lunes se celebrará una junta de portavoces para informar sobre la fecha del pleno. La incorporación efectiva de Castelló a la corporación podría producirse el mismo jueves, antes de que se abra la votación para elegir al nuevo alcalde, lo que permitirá que pueda participar en esa elección.
Con su voto, el bloque progresista conformado por el PSOE (con 6 ediles), Guanyar (5) y Compromís (3) se asegura los 14 votos a favor de la investidura de la actual alcaldesa en funciones, Eva Montesinos (la número 2 de la lista del PSOE), pero continúa necesitando el respaldo de al menos otro concejal de la oposición para sumar mayoría absoluta (15 ediles en un pleno de 29). A la vista de la ronda de contactos mantenida con el resto de representantes municipales (en la que no se ha incluido al PP) ese voto decisivo sigue dependiendo de la edil no adscrita Nerea Belmonte: expulsada de Guanyar y del equipo de Gobierno en marzo de 2016 por adjudicar contratos menores de manera directa a personas afines, sin que se abriese ninguna investigación municipal ni judicial al respecto.
En el PSPV se considera que, por una cuestión de afinidad ideológica, debería inclinarse por permitir la continuidad de un gobierno de corte progresista con un voto favorable a la toma de posesión de Montesinos, ya que cualquier otra decisión podría suponer el regreso del PP al poder. En una entrevista publicada por Alicante Plaza el pasado mes de mayo, Belmonte no llegó a decantarse abiertamente por ninguna opción al ser cuestionada sobre a quién votaría en el caso de que fuese necesario elegir a un nuevo alcalde. "Yo me guío por las personas, más que por los colores a los que se representen. Sobre todo, en los municipios. Depende de la buena gestión de los recursos públicos para mejorar la ciudad. Podría apoyar a alguien del PSOE, pero también de otro partido, en función de su gestión. Además, habría que plantearse quién tomaría el acta del alcalde y qué pasaría con el tripartito y con la estabilidad del gobierno", respondió.
En este momento, la situación política ha sufrido varios cambios (por ejemplo, ya no existe tripartito). Y lo cierto es que el sentido del voto de Belmonte sigue siendo toda una incógnita. Así lo señaló la propia regidora a Alicante Plaza este viernes al asegurar que no había tomado ninguna decisión, que no había vuelto a hablar sobre su voto con ningún dirigente del PSPV (al estar centrada, casi aislada, en cuestiones de ámbito personal) y que probablemente no se posicionaría hasta principios de la próxima semana. En esta línea, apuntó que finalmente no fue hasta este viernes cuando una persona de su confianza pudo recoger la documentación adicional que había solicitado al PSPV sobre los proyectos que se pretendía llevar a cabo desde los departamentos municipales de Acción Social y Urbanismo en el año que resta para agotar el mandato y que trataría de analizarla durante el fin de semana.
En principio, tanto ella como portavoces del PSPV explicaron que no se había concertado ningún nuevo encuentro en ninguna fecha concreta para retomar el diálogo. Tampoco para que la no adscrita ofreciese una respuesta sobre su posición en el pleno de investidura. En todo caso, Belmonte insistió en que su voto no dependerá de la postura que pueda adoptar el segundo edil no adscrito, Fernando Sepulcre, y que la decisión que le corresponde tomar es "si doy mi apoyo al PSPV y a Eva Montesinos; no si permito o no el regreso del PP".
Por último, añadió que hasta el momento tampoco nadie le había confirmado nada sobre la tramitación de la propuesta de reforma del Reglamento Orgánico del Pleno (ROP) que abriría la puerta a que se le reconociesen los mismos derechos políticos y económicos que al resto de concejales de la oposición (en Alicante, todos los ediles cobran por su labor entre 35.000 y 47.000 euros brutos anuales en función de su dedicación horaria al cargo, salvo Belmonte y Sepulcre, que sí percibe sueldo de Diputación). Como viene informando este diario, ese acuerdo de reforma del ROP no podría adoptarse en el pleno nunca antes del debate de investidura y, además, tampoco conllevaría que se le concediese una retribución de manera automática. Se trata de dos acuerdos distintos: uno, para que se apruebe la reforma del reglamento (que podría contar con los votos de PSOE, Guanyar y Compromís); y otro para que se le diese una asignación por su función política (algo sobre lo que nadie ha confirmado apoyo; más bien al contrario: Guanyar lo da por descartado).
Por lo pronto, el resto de protagonistas que tienen algo que decir sobre el relevo de Echávarri continúan estáticos y, aseguran, sin perspectivas de posibles variaciones. Representantes del PSPV volvieron a incidir este viernes en la necesidad de que el grupo municipal de Ciudadanos (Cs) recapacite y dé su voto a favor de la investidura de Montesinos para cerrar el paso al PP, ya que "dan por supuesto que tenemos los votos necesarios para impedir el regreso del PP y no es así". En este sentido, insistieron en la llamada a la responsabilidad del partido de Albert Rivera: "Nosotros hemos tomado decisiones y hemos asumido sacrificios; ahora los demás también deben posicionarse, no se puede no hacer nada cuando se tiene la posibilidad de actuar", insistieron.
Sea como fuere, el mensaje sigue sin calar en Cs. Fuentes del partido reiteraron que no darán su apoyo para la investidura de Montesinos y que sus cinco concejales apoyarán a su portavoz municipal, Yaneth Giraldo. Esa es la directriz orgánica. Cualquier hipótesis de intervención directa de la cúpula nacional del partido para que se avale a Montesinos en el último minuto es pura especulación.
Los socialistas también albergan esperanzas de que Sepulcre (que abandonó la disciplina de Cs cuando trascendió la polémica por el uso de los fondos de su grupo en la Diputación para pagar gastos de su vehículo privado; algo que él niega) pueda cambiar de parecer y apoyar a Montesinos a la vista de que su propuesta alternativa que lo convertiría en alcalde no puede tener ningún recorrido. La cuestión es que Sepulcre también descarta un posible giro. "Es imposible que cambie de opinión, no puedo apoyar que continúe lo que llevo tres años criticando porque no funciona; una cosa es no bloquear Alicante, apoyando los presupuestos, y otra cosa es votar para que gestionen los mismos", explicó. "Es más, gracias a que apoyé los presupuestos, se podrá gestionar en el año que queda de mandato, gobierne quien gobierne", dijo.
¿Tiene el PP alguna ascendencia sobre el sentido de su voto en el pleno de investidura? Sepulcre lo niega. "A mí no me ha llamado nadie, ni del PP, ni tampoco del PSPV hasta la semana pasada para concertar la cita del martes", señaló. En esta línea, también descartó estar atado, presionado o condicionado por el hecho de disponer una retribución económica concedida por el Gobierno del PP en la Diputación para negar su apoyo a Montesinos.