Presentación del informe de coyuntura en el tercer trimestre en la sede de InecaALICANTE. "A pesar de tener la sensación de que vivimos en una provincia que está perdiendo muchos trenes, creo que los datos negativos ni pueden ni deben confundirnos con una situación de crisis como la de 2008". El presidente del Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca), Perfecto Palacio, se ha mostrado moderadamente optimista durante la presentación del Informe de Coyuntura Socioeconómica del tercer trimestre de 2016, aunque también ha advertido de los malos indicadores que empiezan a detectarse en magnitudes como las exportaciones o el saldo bancario.
La coyuntura de 2016 sitúa a la provincia de Alicante en un contexto de mejoría leve. El gráfico del Indicador de Ineca muestra indicadores que tiran de la economía y otros que se contraen. El dato menos positivo lo ofrece la balanza comercial: el saldo comercial final se ha hundido. Una de las entradas claras de divisas de Alicante junto al turismo, como es la exportación, prácticamente ha desparecido, y en agosto de 2016 tan solo hay 21,2 millones de euros de saldo positivo (diferencia entre exportaciones e importaciones).
Esta cifra es una de las más bajas de los últimos 5 años, según ha lamentado Palacio. Mientras que en España el saldo comercial mejoró unos 5.000 millones de euros hasta agosto, el de Alicante ha sufrido un empeoramiento de casi 200 millones de euros, en concreto 197 millones de euros. "Un golpe duro para nuestra recuperación, sin ninguna duda, y un exponente claro de que nuestros
procesos de internacionalización precisan de una reactivación vía nuevos mercados, nuevas medidas, y proyectos como la zona franca pueden hacer girar la balanza. En definitiva, una de nuestras columnas vertebrales debe reorientarse", ha señalado el presidente de Ineca.
La variable saldo bancario recoge la situación financiera de la provincia, al menos en lo referente al sector privado y riqueza bancaria. Al respecto, el coordinador de Análisis de Ineca, Francisco Llopis, ha explicado que en el segundo trimestre se ha perdido todo lo avanzado hasta ahora y Alicante ha retrocedido cuatro trimestres. Durante este tiempo no sólo se ha incrementado el saldo negativo de la provincia, sino que el peso de Alicante en el total nacional ha pasado del 12% en el anterior trimestre al 15,4%. Esta mejor posición financiera del conjunto nacional se refleja en que su saldo bancario negativo se ha reducido desde máximos en un 85% (desde -700.000 millones de euros a unos escasos -100.000 millones), mientras que Alicante desde valores máximos sólo ha reducido su saldo en un 38% (desde -25.000 millones a -15.000 millones).
Por otra parte, el presidente de Ineca ha señalado que estimular la inversión puede ser "el combustible para que el motor se vuelva a poner en marcha con suficiente potencia para recuperar nuestros principales indicadores de fortaleza. No podemos seguir fiando exclusivamente la recuperación al turismo y al sector inmobiliario y, lo que es más evidente, al esfuerzo inversor local". Así, ha defendido que "convertirnos en un territorio atractivo para el inversor externo es fundamental en estos momentos porque necesitamos que entre dinero al sistema productivo de la provincia.
Una entrada de inversiones que podría llegar con la reactivación del proyecto de la zona franca. "Desde Ineca creemos que estamos ante una situación de necesaria reactivación y, sobre todo, para no perder las oportunidades que se puedan presentar", afirma Palacio. "Recuperar prioridades y ponerlas en acción supondrá la diferencia entre un año de inflexión o un año de asumible recuperación".
Ineca considera que la zona franca podría convertirse en una verdadera punta de
lanza para la llegada de otras inversiones empresariales a la provincia, lo que le daría a Alicante una gran visibilidad y la posicionaría en la mente de inversores, empresarios y consumidores. En este sentido, el director del Proyectos de Ineca, Joaquín Melgarejo, recalca que las inversiones territorializadas que se realizan desde los diversos organismos públicos supondrían un revulsivo para la recuperación económica si éstas fueran ajustadas a las necesidades de la provincia, a su peso poblacional y a su aportación al PIB nacional.
