La concesionaria de la recogida de la basura y limpieza viaria realizará un barrido con sopladoras o un baldeo cada 45 días de manera alterna. El cierre del vertedero de Fontcalent a residuos de Valencia reduce en 1,7 millones al año los ingresos que recibían tanto la UTE como el Ayuntamiento
ALICANTE. La reestructuración del servicio de recogida de la basura y limpieza viaria que el tripartito de Alicante prevé aprobar este martes en Junta Local de Gobierno refuerza el trabajo de barrido y baldeo en todos los barrios con al menos una batida especial cada 22 días en cada zona (habrá de manera alterna un barrido con sopladoras o un baldeo cada 45 días). Es, según concretó el edil de Medio Ambiente y Limpieza Viaria, Víctor Domínguez (Guanyar), la medida principal incorporada en la prestación del servicio mediante una modificación de contrato por la que se reorganizan las frecuencias y los equipos de trabajo y se incorpora nueva maquinaria (como las sopladoras: nueve en total). Además, se incrementa la frecuencia de barrido en todos los distritos. Así, en Altozano, Los Ángeles, Gran Vía Sur y San Blas se establece un barrido diario; se prevé destinar diez vehículos hidrolimpiadores a los barrios y se incluye un "servicio de repaso" por la tarde en zonas de paseos y parques.
Como publicó Alicante Plaza, esa reestructuración del servicio se acompaña de un drástico recorte de hasta 7,7 millones en los ingresos que debía percibir la concesionaria -una unión temporal de empresas participada por el controvertido empresario Enrique Ortiz- hasta el fin de contrato, en 2021. Ese rebaja deriva de la finalización de la llegada de residuos procedentes del sur de la provincia de Valencia hasta el vertedero de la partida de Fontcalent, por la que UTE Alicante venía percibiendo una media de cerca de 1,7 millones de euros anuales desde 2014. Con esa medida, se suspende el llamado cuarto turno que se implantó para absorber la mayor carga de trabajo generada por esos desechos ajenos y se redistribuyen los operarios hasta ahora a su cargo a tareas de limpieza en la vía pública. La planta de Fontcalent, eso sí, seguirá recibiendo residuos de la comarca de la Vega Baja, con un límite de 44.000 toneladas (hasta ahora era de 120.000, a 55 euros por tonelada) para la llegada de residuos ajenos que resulta "asumible" sin necesidad de un turno de trabajo adicional.
La modificación también elimina los costes derivados de la transformación de hasta 24.000 toneladas de residuos no reutilizables en combustible (fundamentalmente biogás) a través de diversos procedimientos de valorización energética. Por ese concepto, el ayuntamiento abonaba a la UTE más de 259.000 euros anuales. La concesionaria, además, ingresaba el rédito obtenido por la comercialización de esa energía.
Los cambios, no obstante, también entrañan una renuncia del ayuntamiento a recibir ingresos por la llegada de esos residuos derivados desde Valencia. La recepción y tratamiento de esas basuras aportaba a las arcas municipales cerca de otros 1,7 millones anuales. Fuentes de la concejalía de Medio Ambiente alegan que la renuncia a esa suma implica la prolongación de la vida útil del vertedero, en el que se habría visto acelerada la colmatación de sus vasos con la llegada de más basura en menor tiempo de haber continuado abierto a los residuos del sur de Valencia.