ALICANTE. El Partido Popular de la Provincia de Alicante condena sin paliativos la expulsión de una trabajadora municipal dictada por el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, por ser familia del portavoz del grupo municipal popular, Luis Barcala. “Estas actitudes son propias de tiranos y regímenes despóticos que poco tienen que ver con una democracia”, asegura el vicesecretario general de Política y Organización, Rafael Candela. El partido muestra su más firme apoyo a Luis Barcala y a los concejales del Partido Popular en el Ayuntamiento de Alicante: “Su labor en favor de los alicantinos y contra los desmanes de la Alcaldía no pueden, ni deben, ser amenazadas de ninguna forma desde el poder”, indica el responsable popular.
El Partido Popular de la Provincia de Alicante exige al Ayuntamiento de Alicante la readmisión inmediata de la trabajadora. “El propio concejal de Cultura, Daniel Simón, ha manifestado en medios de comunicación que el despido de la empleada no tiene motivo, por lo que entendemos que es una venganza política”, expresa Rafael Candela. La formación reclama a los socios del gobierno tripartito de Alicante, Guanyar y Compromís, que desautoricen al alcalde y “tomen las medidas necesarias para que la empleada vuelva a su puesto de trabajo”.
Los populares recuerdan que esta trabajadora municipal, familiar de Luis Barcala, fue despedida dos días después de que el grupo municipal popular presentara una denuncia ante la Fiscalía por un presunto delito de fraccionamiento de contratos contra el alcalde, Gabriel Echávarri. Los populares advierten irregularidades en 25 facturas del área de Comercio por un valor superior a 190.000 euros y, “como es su deber” recalca Candela, han puesto en conocimiento de Fiscalía los hechos por si pudieran ser constitutivos de un delito que lleva aparejada una condena de inhabilitación de nueve años.
“El alcalde de Alicante utiliza rehenes políticos ante la falta de argumentos políticos, legales y morales con los que justificar sus actuaciones”, manifiesta el vicesecretario general de Política y Organización, “en una muestra de maneras que ningún demócrata puede apoyar de ninguna forma y que merecen la más execrable repulsa”.
Candela asegura que “Alicante no merece tener un alcalde que no respeta el más mínimo elemental principio democrático y que ha demostrado en los dos años que ostenta el poder que no está a la altura de la ciudad”.