ALICANTE. El Hércules daba este miércoles un paso más en su huida hacia adelante, al anunciar por boca de Juan Carlos Ramírez que desatenderá el requerimiento de pago formulado por el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), en cumplimiento de la decisión de recuperación adoptada por la Comisión Europea el pasado verano.
El socio de Enrique Ortiz en el Hércules, si bien ni el uno ni el otro ostentan cargo alguno y no son titulares de ninguna mayoría accionarial, dudaba en voz alta no solo sobre el importe que reclama Bruselas sino que sea el Hércules quien tenga que asumir su pago.
Ramírez pone en duda la suma y que el Hércules sea el obligado
A juicio del empresario, el Hércules no intervino en el préstamo de 18 millones de euros de la Caja de Ahorros del Mediterráneo a la Fundación del Hércules avalado por el IVF. Una ayuda de estado calificada como ilegal el pasado 4 de julio por una Comisión Europea que exige, para poner fin a la distorsión en el mercado común que supuso, que el Hércules abone 6,9 millones de euros al banco del Consell, cifra que se correspondería con la suma que se ahorró al ser avalada la Fundación en unas condiciones ventajosas, fuera de mercado. Es cierto que tanto el préstamo como el aval se concedieron a la Fundación, pero no lo es menos que la Comisión Europea parte de la base de que esa entidad es un mero instrumento de la empresa, el Hércules que fue quien terminó recibiendo el dinero público.
Ramírez no solo desviaba la responsabilidad de pago hacia la Fundación, también se mostraba sorprendido por "los intereses" fijados por Bruselas que se ha limitado a recalcularlos con base a condiciones de mercado y no las ventajosas aplicadas en su día.
Desde que se conociera la decisión de la Comisión el pasado 4 de julio, ayer fue la primera vez que el Hércules se pronunciaban públicamente al respecto, si bien durante el verano ya habían adelantado al IVF y el Ayuntamiento de Alicante su intención de no pagar.
"Que nadie espere que vayamos a pagar", señalaba el socio de Ortiz
El pasado 26 de septiembre se le requirió por última vez al club blanquiazul el pago de los 6,9 millones. El IVF precisaba, en aplicación de la citada decisión de recuperación que el plazo para abonar esa suma vence el 5 de noviembre. "Que nadie espere que vayamos a pagar" decía un Ramírez que despachaba el tema con un "tendrá que venir la Generalitat o quien quiera a cerrar el Hércules (...) no cobrará nadie y eso no lo queremos ninguno".
Además de su opinión crítica con la decisión de la Comisión, Ramírez dejaba entrever uno de los argumentos de la apelación del club: es una deuda concursal. Concretamente, el empresario apuntaba que es "una deuda anterior al concurso"; al igual que el Elche al que se le reclaman 4,1 millones, el club busca la protección de la legislación mercantil para no solo no pagar esa suma a 5 de noviembre sino conseguir que la cantidad sea sensiblemente inferior. Tanto lo primero como lo segundo no solo choca con la opinión del IVF que considera que estamos ante un crédito contra la masa, también con la doctrina y jurisprudencia comunitaria: la decisión de recuperación es de aplicación inmediata y efectiva, no teniendo efecto sobre sobre la obligación de devolver la ayuda declarada ilegal la situación de sometimiento a un procedimiento concursal o de insolvencia de la empresa y no permitiéndose la continuidad de la actividad de la sociedad sin la recuperación previa de la ayuda.
EL ELCHE recurre pero deja entrever QUE CONTEMPLA pagar
A última hora de la tarde y en la red social Twitter, el director general del IVF, Manuel Illueca hacía referencia a una publicación de la Comisión Europea que en su día hizo llegar a los Estados miembros sobre el procedimiento a aplicar para cumplir con una decisión de devolución. Contestaba expresamente Illueca al anuncio formulado poco antes por el Elche en el que también apuntaba a su negativa a pagar, deslizando la responsabilidad hacia la Fundación y esgrimiendo la situación de concurso de acreedores que vive como "escudo".
Como el presidente del Elche, Diego García reconocía días atrás a Alicante Plaza, el asunto "no es pacífico" si bien el club franjiverde deja entrever que cuenta con "soluciones económicas" para pagar. Por el contrario, no parece que el Hércules se haya preocupado en encontrarlas y lo anterior puede ser un problema si el IVF a partir del día 5 y tal y como ya ha deslizado inicia la reclamación judicial del dinero siguiendo las directrices de Bruselas: la falta de activos coloca a la sociedad en una muy difícil situación pero lo hace más, si cabe, la doctrina de la Comisión Europea y la jurisprudencia comunitaria que también queda clara en la citada publicación al que aludía Illueca este miércoles, sobre sociedades insolventes que se han beneficiado de una ayuda de estado ilegal: la distorsión de la competencia se corrige con la devolución de la ayuda ilegal o con la liquidación de la sociedad beneficiada si esta es insolvente.
BRUSELAS: la liquidación de la sociedad también es una solución
Hace mucho tiempo que el Hércules juega con fuego. Desde luego la gestión es manifiestamente mejorable si tenemos en cuenta que ha recurrido a la friolera de tres concursos de acreedores en apenas once años.
Juan Carlos Ramírez que el domingo pasado siguió el partido ante El Prat acompañado de Enrique Ortiz no solo expresó su opinión ayer, siquiera las intenciones del club, dejó clara la voluntad de su socio, un constructor que en su día ya desoyó los consejos sobre la inconveniencia de hacer uso de los 18 millones de euros de esa ayuda porque se podían volver en contra de Hércules.
El Hércules ha vuelto a incumplir sus compromisos de pago con Hacienda y la Seguridad Social en los últimos meses, busca una segunda oportunidad de estos organismos y de los acreedores ordinarios mientras milita en una categoría sin ingresos. La solución para lo anterior y especialmente para el problema que ha generado la resolución de Bruselas pasa por una aportación extraordinaria de un tercero. Si el club está tan seguro que su recurso prosperará, Enrique Ortiz y Juan Carlos Ramírez no deberían temer consignar ahora los 6,9 millones de euros. A fin de cuentas demuestran (hacen gala de ello) ser los "responsables" del día a día de la entidad; el primero, por cierto, ya lo era cuando el Hércules recurrió en 2011 al concurso de acreedores para dar salida a una deuda de 59 millones de euros.