ALICANTE. Este lunes es el día clave. El consejo escolar municipal de Alicante deberá retratarse y tomar posición sobre la propuesta de modificación del calendario lectivo para la ciudad que la Concejalía de Educación pretende elevar para su consideración por parte del Consell. El objetivo de la propuesta, como viene informando este diario, es conseguir que las clases hayan terminado antes de que lleguen los días centrales de celebración de les Fogueres para que los más pequeños puedan participar en los actos sin ningún tipo de impedimento y sin que se exponga a los autocares que prestan servicio escolar a tener que transitar por otros itinerarios alternativos al centro. La voluntad, además, es que esa solución quede predeterminada de forma permanente para que la polémica no se reproduzca todos los años.
La fórmula que se baraja ya se ha dado a conocer, al menos de manera parcial: se pretende conseguir que la festividad de San Vicente Ferrer (siempre lunes) de deje de ser día no lectivo en la ciudad de Alicante para, así, poder contar con un cuarto día festivo de libre disposición, al margen de los tres habituales de los que dispone cada municipio. Ese día, se podría utilizar para adelantar el fin de curso, de modo que, en 2018, las clases no finalicen el 22 de junio, como se prevé en calendario fijado ahora para el conjunto de la Comunitat.
El Consell ya se ha comprometido a aceptar la propuesta de modificación, pero tiene que ser aprobada formalmente por los consejeros
Pero, además, la propuesta incluye un adelanto de la vuelta a clase. Con el calendario actual, el curso arrancará el próximo 11 de septiembre. La propuesta de la concejalía que dirige María José Espuch (Compromís) es que la fecha se anticipe al viernes 8. Así, se dispondría de otro día de margen para anticipar el fin de las clases.
El planteamiento ya contaría con el respaldo del conseller de Educación, Vicent Marzà. Lo confirmó él mismo en su última visita a Alicante con motivo de las fiestas. Y lo ratificó, días después, la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra. Ahora bien, para que pueda concederse ese cambio, debe salir una propuesta formal aprobada en el consejo escolar. Así que la pelota está en el tejado de sus cerca de treinta componentes, entre los que se incluye representantes de los directores de centros públicos y privados, de las asociaciones de padres, del profesorado y personal administrativo, de las asociaciones vecinales y de los sindicatos, además de los representantes políticos por parte del Ayuntamiento y de la Generalitat.