La Generalitat asume que la propuesta de la multinacional implicaría la reagrupación de marcas como Media Market o Leroy Merlin en Rabasa y hasta la vería con buenos ojos al reducirse los polos competidores del pequeño comercio. El proyecto podría tramitarse como la expansión de Tempe, en Elche, bajo la tutela de la administración: compra pública del suelo y reventa al mejor postor
ALICANTE. La nueva propuesta planteada por Ikea para instalar su tienda en Rabasa, junto a otras cinco grandes parcelas dedicadas a distintos usos, puede acabar alterando todo el mapa comercial de la ciudad de Alicante. Fuentes de la Generalitat consultadas por Alicante Plaza admitieron ayer que la entente entre el Consell y el Ayuntamiento de la ciudad para facilitar el aterrizaje de la multinacional es firme y que, en consecuencia, se hará todo lo posible para retener una inversión de cerca de 250 millones de euros. A priori, la nueva distribución del sector planteada por el gigante del mueble convence en ambos escalones de la administración, ya que se da por descartada la construcción del macrocentro comercial de 85.000 metros cuadrados para todo tipo de tiendas que preveía la ya extinta ATE Alicante Avanza, liderada por el empresario Enrique Ortiz (imputado en los casos Gürtel y Brugal).
En su lugar, como avanzó ayer este diario, los planos diseñados por Ikea contemplan una bolsa de entre 40.000 y 60.000 metros cuadrados que colindaría con la tienda de muebles propiamente dicha -justo junto a la rotonda de la Universidad de Alicante (UA)- en la que se daría cabida sólo a medianas superficies (tiendas del tipo de Leroy Merlin, Media Market, Decathlon, etc.). Y esa es, precisamente, una de las principales novedades que podría suscitar el agrado del Consell. ¿El motivo? Las fuentes consultadas ya asumen que ese cambio conllevaría el traslado a Rabasa de algunas de esas medianas superficies que se encuentran repartidas actualmente en otras zonas de la ciudad, como el Parque Vistahermosa. Y, según las mismas fuentes, la administración autonómica daría cariño a esa mudanza, ya que, en último término, supondría la concentración de ese modelo de oferta comercial en una única zona. Es decir, el pequeño comercio repartido entre el centro tradicional y el resto de barrios sólo tendría que tratar de ser competitivo frente a un polo competidor, no frente a tres como sucede ahora. El objetivo sería agrupar y, con ello, restar actores, no sumar.
El alcalde admite que el pacto de gobierno incluye encuadrar la llegada de Ikea en el PGOU pero recuerda que todavía no está listo y que la inversión no puede esperar
La propuesta, todavía en un estado muy embrionario, incluye la reserva de suelo para el tercer hospital del área metropolitana; una zona de 100.000 metros cuadrados para instalaciones deportivas con hasta 8 campos de fútbol (posible germen de una futura ciudad deportiva); otra de uso empresarial no industrial y otra de 40.000 metros más para dotaciones municipales.
El modelo de tramitación de la propuesta también está por definir. Fuentes de la Conselleria de Vertebración del Territorio apuntaron que la hoja de ruta debe comenzar a cuadrarse a partir de ahora en coordinación con el Ayuntamiento de Alicante. No obstante, todo apunta a que el proyecto se reconducirá como Plan Parcial (de modo que su tramitación comenzaría desde el Ayuntamiento). Es lo que ya se ha hecho con la ampliación de las instalaciones de Tempe en el Parque Industrial de Elche, ya que la fórmula alternativa a las ATE perseguida por el Consell del pacto del Botànic (PSPV y Compromís), la creación de los Programas de Inversión Estratégica Sostenible (PIES), todavía no se ha aprobado formalmente. Con esta figura, el Consell trataría de introducir un plus de consenso, ya que sólo se aceptaría declarar PIES a aquellas grandes inversiones de interés social que logren el respaldo de una mayoría cualificada de las Cortes, además de superar la criba de los informes sectoriales.
El aterrizaje de Ikea también podría ajustarse al modelo de Tempe por lo que respecta a su tutela pública. En el caso de la ampliación de Tempe es la empresa municipal Pimesa quien se encarga de comprar los terrenos para, luego, ponerlos en venta al mejor postor que esté interesado en ellos. Se da por sentado que Tempe acudirá a la puja. En el supuesto de Ikea, sería el Consell quien estaría barajando la compra del suelo de Rabasa -posiblemente a través del EIGE- y quien, después, lo sacaría a subasta para que Ikea y otros posibles licitadores presentasen oferta. Con ello, según incidió ayer el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri (PSOE), se alejaría cualquier sombra de corrupción sobre los terrenos y se garantizaría que la posible plusvalía que se generase con su reventa revirtiese en el interés público.
En la actualidad, cualquier operación en el sector exige que se clarifique cuál es ahora el reparto de la titularidad del suelo. Como viene informando Alicante Plaza, Ortiz, a través de Urbanika (propietaria del 100% de Alicante Avanza) seguiría siendo todavía uno de los principales propietarios de la zona, pero la Sareb (heredera de los activos tóxicos de Bancaja y Banco de Valencia) o el Sabadell (sucesora de CAM) en los que se apoyó para financiar su compra podrían ejecutar sus hipotecas y reclamar sus títulos. Las dos partes estarían dispuestos ahora a negociar y a escuchar propuestas.
Por lo pronto, la difusión de los primeros detalles de la nueva propuesta también deberán salvar el escollo de la división municipal. Hasta ayer, Guanyar -uno de los tres socios del tripartito de Alicante- seguía manteniendo que Rabasa no era el mejor emplazamiento para Ikea, ya que sigue estando en la órbita de Ortiz. Su portavoz, vicealcalde y concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, mantiene que el pacto de gobierno con PSOE y Compromís establece que el aterrizaje de la multinacional del mueble debe encuadrarse en el nuevo Plan General y no tramitarse como un proyecto independiente. El alcalde, Gabriel Echávarri, sostuvo ayer que el Plan General sigue sin estar aprobado 10 meses después y que las inversiones no se pueden seguir retrasando.