ALTEA. Lunes,19 de junio de 2017. Esa fecha es la que marca la caducidad de la concesión administrativa de la que dispone el Club Náutico de Altea para funcionar como lo viene haciendo desde 1977. Cuarenta años después de su nacimiento, y pese a estar avalada por una función social, deportiva y medioambiental, ese día puede marcar un final no escrito al que se ve abocado el club por no disponer de la preceptiva renovación de la concesión, que debe otorgar el Consell y a la que se le ha presionado como ha podido desde todos los ámbitos, como ya publicara Alicante Plaza.
Pese a que la Ley de Puertos de la Comunitat Valenciana, aprobada en 2014, marca como obligación iniciar el proceso negociado de las concesiones a entidades sin ánimo de lucro con base social y que fomenten los deportes náuticos, hasta el momento no se ha avanzado, y en el caso de Altea la concesión en vigor caduca el próximo 19 de junio. Apenas 20 días antes de la fecha, los responsables del club no tienen noticias.
Desde el año 2000, en que expiró la primera concesión, los dirigentes del Club han solicitado en numerosas ocasiones a todos los gobiernos autonómicos que se han sucedido desde entonces, sin éxito, iniciar el proceso de renovación.
“Ese 19 de junio está ahí mismo, y no sabemos nada. No responden”, señala José Román Zurutuza, presidente del Club. “Estamos al borde del precipicio, lo que resulta incomprensible cuando compruebas que personalmente, y en ocasiones manifiesta y públicamente, recibimos el apoyo de toda la clase política local y autonómica. No sabemos qué pasa, por qué tanta dilación ni por qué se ha llegado a la fecha límite para la renovación si obtener ningún tipo de resultado”.
El Club Náutico de Altea, con 340 socios y centenares de jóvenes de ambos sexos practicando deportes náuticos cada semana, lleva 17 años intentando superar las trabas que la Generalitat Valenciana le impone para su normal funcionamiento. La primera concesión administrativa que se otorgó al Club Náutico de Altea está fechada en 1977. Ese documento le permitió iniciar sus actividades deportivas y sociales en la localidad de la comarca de la Marina Baixa.
La concesión está sujeta a un proceso de renovación negociada que se alarga durante lustros, y el Club ni siquiera puede ejecutar las necesarias obras de mantenimiento y modernización de sus instalaciones, que inexorablemente se deterioran año tras año.
La certificadora AENOR, situada entre las 10 más importantes del mundo, ha concedido un año más su certificado de calidad al Club Náutico de Altea por la continua mejora de su sistema de gestión de la Calidad y del Medio Ambiente. "La demostrada buena gestión que el Club Náutico de Altea esta haciendo de sus instalaciones pone en evidencia a la Generalitat que continúa indiferente ante la situación de inestabilidad que vive el Club", dicen desde el club.
Como sociedad sin ánimo de lucro, "el Club Náutico de Altea destaca por la intensa promoción de los deportes náuticos desde edades bien tempranas y accesible para todos", recuerdan. Sus escuelas de verano acogen a una media de 700 niños cada año, de los cuales muchos continúan su formación en competición durante la época invernal de manera gratuita.
El Náutico de Altea es conocido además por el alto número de eventos deportivos que organiza cada año, destacando la organización de la regata de invierno más importante del Mediterráneo, las 200 millas a2 entre Altea e Ibiza, que ya suma 31 ediciones.
Sus equipos de competición en todas las modalidades de vela y remo acumulan un importante palmarés deportivo. El equipo de veteranas de remo ha conseguido este año proclamarse Campeonas de España y Subcampeonas Autonómicas. En vela, el equipo de vela ligera cuenta con Gonzalo Suárez, que este año ha obtenido el título de subcampeón autonómico de Laser Radial, y en el equipo de cruceros Robin Imaz se ha hecho con el segundo puesto en el Campeonato del Mundo de la clase RC44 y Juan y Thierry Lallemand con el primer puesto en el Campeonato de España de cruceros a2.