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El cine valenciano celebra su mejor año con el ‘reseteo’ de sus premios

VALÈNCIA. Los Premios Lola Gaos estrenan una nueva era en apenas unos días. Nuevo nombre, nueva imagen, nuevas alianzas, y cómplices que también se han despedido. Este impasse en clave orgánica de la Acadèmia Valenciana de l’Audiovisual (AVAV) y los vaivenes del Institut Valencià de Cultura (IVC) coinciden con el mejor año para el sector en cuanto a la calidad y el impacto que han tenido las películas valencianas.

Teresa Cebrián, presidenta de la AVAV, recordaba que la elección de este año en muchas categorías será complicada, y ya en la terna de nominaciones algunos de los títulos más potentes se han quedado por el camino. La última carrera —la de las votaciones— ya ha finalizado, aunque hasta el próximo sábado en el Palau de la Música, solo se conoce la línea de salida. Dos películas son claras favoritas, La Casa, de Álex Montoya, suma 16 nominaciones y presencia en todas las principales categorías; L’àvia i el foraster, de Sergi Miralles, acumula otras 13 menciones. Otros largometrajes de ficción que destacan en diferentes categorías son Bodegón con fantasmas (6 nominaciones), Valenciana (6 nominaciones), Lo carga el diablo (5 nominaciones) y Escanyapobres (3 nominaciones).

Además de la espantada del IVC, que retiró en 2024 su ayuda argumentando que iban a organizar unos premios propios que ya parecen haberse descartado, ahora es À Punt la que sale de la ecuación de la gala, que por primera vez no se podrá ver en la radiotelevisión pública (se colgará días después a través del canal de YouTube de la Acadèmia).

Es ciertamente paradigmático, no solo por tomar esta decisión en el año que más interés puede suscitar la gala, sino porque À Punt forma parte de la producción de la inmensa mayoría de las películas que ganarán. Según ha podido saber este diario, la decisión se tomó hace meses, aunque finalmente sí patrocinarán el evento.

El argumento oficial de À Punt a Culturplaza es que la gala coincide con la retransmisión en directo de un duelo entre los líderes de la Liga Caixabank de Escala i Corda, y que las noticias están haciéndose eco estos días. En todo caso, cabe recordar que la radiotelevisión ha emitido, en varias ocasiones, las galas de premios culturales del IVC con una hora de diferencia.

Una última capa de esta historia: hace tan solo unas semanas hubo una fuerte polémica en el sector de las artes escénicas porque la gala de sus premios se hizo en un formato a puerta cerrada y sin retransmisión (según el IVC, por respeto a las víctimas de la dana), lo que provocó acusaciones de “censura” por parte de las asociaciones profesionales.

Esto es lo que sabía. Y hoy cabía despejar las dos últimas incógnitas. En primer lugar, el premio honorífico a la actriz Teresa Lozano. “Es una gran actriz que siempre nos despierta una sonrisa. Ella dice que sólo busca estar tranquila, pero hoy no puede estar aquí porque está trabajando. Nos acompañará, eso sí, en la gala del próximo sábado 1 de febrero”, ha comentado Cebrián en la rueda de presentación.

La carrera de Lozano habla por sí misma: nacida en València en 1944, ha destacado tanto en cine, como en el teatro y la televisión. Ha estado a las órdenes de Luis García Berlanga, David Trueba, Gracia Querejeta, Rodrigo Sorogoyen, o Daniel Sánchez Arévalo. Su último proyecto ha sido la adaptación de la novela de Rafael Chirbes, La buena letra, a cargo de Celia Rico. También ha hecho de su profesión su militancia, al estar en los inicios de la AAPV (Associació d’Actors del País Valencià), de la que fue su primera presidenta.

Foto: AVAV

Un galardón para reflejar el alma del audiovisual valenciano

Kike Correcher, diseñador del nuevo trofeo de los Premis Lola Gaos, ha creado una pieza cargada de simbolismo que conecta profundamente con la esencia del audiovisual y el legado de la actriz que da nombre a los premios. Según explicó durante el encuentro de nominados y nominadas, el diseño busca “representar el concepto de vacío y transparencia” como una metáfora del trabajo creativo. “El vacío, la luz y la oscuridad son el material de trabajo del audiovisual, y he querido que el trofeo sea un contenedor de estos valores que los profesionales y la academia quieren promocionar”, detalló.

El diseño del galardón combina una base de resina con carga mineral, que aporta el peso necesario, y una estructura de acero pulido, pero sin acabado brillante. Esta decisión no es casual, ya que Correcher quiso plasmar “la textura de la madurez y el paso del tiempo”, en homenaje a la personalidad compleja de Lola Gaos. Además, el contraste entre luz y sombra, inspirado en su trabajo en películas en blanco y negro, está presente en la pieza, subrayando la relación intrínseca entre los elementos visuales y el cine.

Correcher también destacó el cuidado proceso de diseño, concebido en dos fases. En la primera, la gráfica promocional de los premios insinuaba la forma del trofeo, mientras que, con la presentación oficial, el diseño ya se muestra “sin complejos y de manera abierta”. Para él, el trofeo debía ser algo que los galardonados y la academia hicieran propio, un vehículo para depositar “ilusiones, valores y la visión que quieran lanzar al mundo como profesionales del audiovisual”.

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