ALICANTE. El Ayuntamiento de Benissa, gobernado por el tripartito que forman Reiniciem, PSPV y Compromís, ha presentado un recurso contencioso-administrativo contra la decisión de la Diputación de Alicante de conceder una ayuda nominativa -coloquialmente, a dedo- al Ayuntamiento de Mutxamel, dotada de un millón de euros, para la construcción de un mercado. De esta manera, el consistorio benissero se une a los recursos presentado por el grupo Compromís en la institución provincial, que, de momento, han logrado la suspensión de una de las ayudas concedidas por este procedimiento; en concreto, la otorgada al Ayuntamiento de Busot, por valor de 770.000 euros, para la construcción de un pabellón polideportivo.
El pasado jueves, cuando se conoció el fallo sobre la ayuda de Busot, el portavoz de Compromís, Gerard Fullana, dejó entrever que las próximas ayudas que serían impugnadas serían las de La Nucía y la de Mutxamel. Había una tercera ayuda, concedida a Calp, el municipio del presidente de la Diputación, que era más difícil de recurrir por haber pasado ya el plazo, según expuso Fullana. La de La Nucía la ha recurrido el propio grupo de Compromís, como también dijo Fullana. Sin embargo, lo que ha podido saber Alicante Plaza es que el recurso contra la ayuda concedida por la corporación provincial de Alicante al municipio de L'Alacantí, gobernado por el popular Sebastián Cañadas, a su vez, diputado de Fomento, lo ha presentado el Ayuntamiento de Benissa.
Según ha podido saber Alicante Plaza, los argumentos son muy parecidos a los que en su día se esgrimieron para paralizar la ayuda de Busot: con su concesión, se ha vulnerado la igualdad de oportunidades respecto a otros ayuntamientos y, además, se ha privilegiado a determinados municipios frente a otros. Y es que las ayudas nominativas tienen dos ventajas respecto a las que se conceden dentro una convocatoria, a la que pueden optar cualquier ayuntamiento. Una es esa ventaja, no compiten con otros ayuntamiento, y la segunda, es que la diputación asume el 100% del coste del proyecto, a diferencia de las ayudas de una convocatoria pública, en la que la administración subvencionada aporta entre un 20% y un 30% del coste de la obra. Es lo que sucede con los denominados planes y obras de servicios, que la diputación subvenciona el grueso del proyecto y el resto, entre un 20 y un 30% lo aporta el consistorio de turno.
A la derecha, César Sánchez y el alcalde de Benissa, Abel Cardona (de blanco). Foto RAFA MOLINA
En el caso de Benissa se suma otro argumento: y es que el ayuntamiento ha quedado excluido de toda convocatoria de la Diputación de Alicante; es decir, no ha recibido ayuda alguna, razón por la cual el consistorio ha decidido ir a los tribunales ante el privilegio que han recibido otros consistorios, con ayudas directas. Hay que recordar que la mayoría de los ayuntamientow que han recibido este tipo de ayudas nominativa son de los vicepresidente de la institución; es decir, del Partido Popular.
Por el momento, la única ayuda que está paralizada es la de Busot. La de La Nucía y Mutxamel están impugnadas a la espera de resolución. Pese a ello, el equipo de gobierno del PP ya ha anunciado que recurrirá el auto del juzgado de Alicante que suspende cautelarmente la subvención de Busot y ha anunciado que estudiará las ayudas de este tipo que dan tanto la Generalitat Valenciana como la Diputación de Valencia para ver si hay motivo de impugnación.
En el caso de Benissa, subyace, además, la derivada política: fue la última Alcaldía que se le escapó al PP, cuando tras la dimisión del entonces alcaldes y hoy asesor del presidente de la Diputación de Alicante, Juan Bautista Roselló, dimitió y el concejal de Ciudadanos decidió entregar la Alcaldía a los grupos de izquierda. Desde entonces, ahora hace un años, Abel Cardona, de Reiniciem, es el alcalde del municipio vecino de César Sánchez.