ALICANTE. El polígono industrial de Bastá, en Castalla, lleva esperando cuatro años a que las empresas interesadas comiencen a instalarse en las parcelas a tal fin dispuestas. Pero aunque se suponía que las licencias de actividad se iban a empezar a conceder en 2012, a día de hoy nadie quiere aún formalizar su implantación en la zona. El motivo: las dudas sobre la potencia eléctrica de que dispondrá el polígono y el precio que habrá que pagar por ella.
La asociación de empresarios de Ibi, Ibiae, se ha pasado los últimos 12 años peleando para que el Gobierno construyese una subestación eléctrica que abasteciese a las nuevas empresas de la zona, tanto de Castalla como de la propia Ibi, Onil y Tibi (uno de los dos grandes polos industriales de la provincia junto con Elche). No en vano, las instalaciones actuales ya están saturadas de demanda, con lo que no podían autorizarse nuevos enganches de empresas.
Por fin, a finales de 2011 parecía que la situación se desbloqueaba, el Gobierno incluía la subestación de Castalla en la planificación nacional del periodo 2012-2016, y el Ayuntamiento anunciaba a finales de 2011 que en unos meses las empresas podrían comenzar a solicitar licencias. De repente, todo se torció. El emplazamiento previsto para la subestación y el tendido al que tenía que acceder (el de Villena) obligaba a tirar parte de la línea soterrada, lo que la excluía de la planificación nacional por las características del poyecto. De nuevo, Castalla se quedaba sin energía para seguir creciendo.
Meses de reuniones de Ibiae con políticos de todos los colores (y de todas las administraciones) lograron, una vez más, desbloquear el proyecto, después de pasar otros cuatro años en la nevera. En 2015 se volvía a autorizar, aunque con modificaciones. Se cambió el emplazamiento y el tendido al que se iba a conectar (el de Ibi) para que cumpliera las condiciones necesarias para ser sufragada por el Estado. Y Red Eléctrica Española la vuelve a tener entre sus proyectos para la actual planificación nacional. Lo cual no significa que la instalación vaya a ser una realidad a corto plazo, por desgracia.
Esta semana, el Consell ha publicado en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) la modificación del proyecto y la autorización a Iberdrola para construir una pequeña segunda subestación, que comience a dar servicio al polígono en dos años, mientras Red Eléctrica Española llega con la subestación definitiva. "La subestación era compartida entre Red Eléctrica, que se encarga del transporte, e Iberdrola, para la distribución. Lo que hemos propuesto es construir una pequeña subestación para comenzar a funcionar", explican desde la eléctrica. "Con las actuales instalaciones se está limitando el crecimiento industrial y poblacional de Castalla".
En Ibiae no lo ven tan claro. "Nosotros negociamos con el Gobierno, la subestación se iba a construir con dinero público. Ahora la va a hacer Iberdrola, que es una empresa privada, y hay que pagársela", lamenta Héctor Torrente, director de la asociación empresarial. Concretamente, el proyecto va a costar 3,7 millones de euros (se llegó a hablar de cinco), e Ibiae no tiene aún ni idea de cómo se va a costear. En teoría, Iberdrola cobrará un sobreprecio al coste del engache cada vez que una empresa solicite conectarse a la subestación de Bastá. "Pero no sabemos qué cantidad va a ser, en cuántas partes van a dividir la cantidad de 3,7 millones... ¿una vez que se haya pagado, quién controlará que no sigan cobrando de más?", critica Torrente.
Ibiae presentó varias alegaciones al proyecto para intentar definir los parámetros económicos de los usuarios. La respuesta fue que no era el momento de plantear dicha cuestiones. Y es cierto, porque el proyecto que se exponía era el puramente urbanísico y técnico. Pero no hay que olvidar que quienes van a pagar la luz a Iberdrola son los empresarios que se instalen en la zona y pidan conectar con la subestación de Bastá. "Hay polígonos vacíos porque no tenemos luz, y otros que se están desarrollando (el de L'Alfaç en Ibi está en plena ampliación), y no sabemos si podrán conectarse o no".
Esta semana los representes de Ibiae se han reunido con los alcaldes de la Foia de Castalla para trasladarles su preocupación. Mientras, solo hay constancia de una empresa que haya decidido pagar el enganche "a cuenta" mientras espera la subestación. Le han cobrado 565.000 euros, según Ibiae. Si nada más se tuerce, y más allá de las dudas que genera entre sus futuros beneficiarios, la primera subestación de Bastá comenzará a construirse este mismo mes, y será operativa en 2018. La de Red Eléctrica habrá que seguir esperándola.