Con una estructura mucho más pequeña, se centrará en el apoyo a sus asociados y la representación empresarial sostenida solo con las cuotas de los socios
ALICANTE. El presidente de Confederación de Organizaciones Empresariales de la Provincia de Alicante (Coepa), Francisco Gómez, está convencido de que la patronal alicantina se puede salvar pese al complicado concurso de acreedores en el que se halla inmersa. Y precisamente por eso el comité ejecutivo de la organización ya trabaja en el día después, con una reinvención de la patronal que forma parte esencial del plan de viabilidad presentado al administrador concursal.
La nueva Coepa, si sobrevive al concurso (alguno de los acreedores sigue apostando por la liquidación) se diferenciará de la actual, sobre todo, en su tamaño. Pero también en sus funciones. Gómez prepara una patronal con una plantilla de solo cuatro personas, para prestar servicio a las 40.000 empresas asociadas a través de las sectoriales. Una estructura que deberá mantenerse exclusivamente con los ingresos que generen las cuotas de los socios.
Y aquí llega el primer problema: Coepa ingresa apenas 200.000 euros anuales por dichas cuotas, suponiendo que todos los asociados paguen (algo que no siempre sucede). El comité ejecutivo está convencido de que con dicha cantidad, una vez resueltas las deudas que han llevado al concurso, puede mantenerse esa estructura mínima. Hay que tener en cuenta que la patronal ya no paga por su sede, desde que vendió a un inversor ruso el edificio en Ruperto Chapí (ahora alquilado por la Cámara de Comercio) para instalarse en el local de la calle Orense, propiedad del Estado como parte del antiguo patrimonio sindical.
con 200.000 euros anuales de ingresos en cuotas, la plantilla se quedará en cuatro personas
De esta forma, los ingresos de la patronal (que en los años de vino y rosas llegó a aprobar presupuestos de más de 9 millones de euros anuales) se destinarían a las nóminas de esta mínima plantilla, así como a cubrir sus obligaciones económicas con Cierval y la CEOE. Ese plan, claro, obliga a subir las cuotas a los asociados para que los ingresos superen los citados 200.000 euros, y a asegurarse de que todos pagan en tiempo y forma. Sobre todo teniendo en cuenta que, si se acepta su propuesta a los acreedores, Coepa tendrá que saldar las deudas sobre las que no se aplique la quita del 95% a lo largo de los próximos años.
Coepa abandonaría así el modelo de las subvenciones que tantos quebraderos de cabeza ha generado (la crisis de la patronal comenzó a ser evidente en 2012 precisamente por los impagos del Consell, que obligaron a "comerse" los recursos propios), para vivir exclusivamente de sus socios. Una filosofía que obliga también a abandonar algunas funciones "impropias" que la patronal ha asumido en los últimos quince años. Fundamentalmente en el apartado de formación. Si se reciben subvenciones (salir del concurso habilitaría a la patronal a volverlas a recibir), sería para proyectos finalistas. En cualquier caso, el plan de viabilidad contempla también la búsqueda de patrocinadores, de forma que los ingresos extra provengan también del sector privado, y no del público.
El plan de viabilidad contempla la búsqueda de patrocinadores
Sus funciones principales pasarían entonces a ser exclusivamente al apoyo y las labores de asesoramiento a sus asociados. Y, obviamente, el de ejercer de representación de los intereses empresariales de Alicante, una función que los problemas económicos de la organización ha dificultado considerablemente en los últimos tiempos. El empeño de Gómez en que la actual Coepa sobreviva (frente a otras voces que proponen dejarla morir y fundar una nueva organización que asuma sus funciones pero sin sus hipotecas) persigue mantener la actual cuota de representatividad del empresariado alicantino en la CEOE. Por supuesto, la intención es mantener también la cuota en Cierval, si la patronal autonómica logra superar sus propios problemas (muchos de ellos derivados precisamente de Coepa y de la patronal castellonense, la CEC).
El 11 de noviembre, tras la reunión de acreedores, Coepa sabrá si su plan de viabilidad y su propuesta de convenio sirven para salir del concurso. El escollo de la deuda con el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), el principal acreedor por el crédito de 3 millones al fallido centro de oficios, está prácticamente salvado, según ha podido saber Alicante Plaza. En realidad, el IVF concedió un crédito con garantía hipotecaria, por lo que no tiene más que ejecutar dicha garantía y quedarse con un inmueble que, además, está tasado en una cantidad (4,2 millones) que supera la deuda. Pese a las dudas de la Generalitat sobre el procedimiento de tasación (el perito no pudo comparar el centro de oficios con otras infraestructuras similares, por lo que la tasación no es "a precio de mercado"), el administrador concursal ha dado el visto bueno al informe, y todo apunta a que el IVF tendrá que quedarse el centro.
Con el Fogasa, otro de los grandes acreedores por las indemnizaciones de los despedidos en los sucesivos ERE en la patronal alicantina (llegó a tener 80 personas en nómina y hoy quedan tres), Gómez ha negociado un pago fraccionado que, según el plan de viabilidad, Coepa podría asumir. El cerca de un millón de euros que se adeuda, así, se pagaría a lo largo de los próximos ocho años. Así, al margen de algunos pequeños proveedores, entre los acreedores ordinarios solo restaría negociar la quita con Cierval (la patronal da por sentado que no tendrá que devolver las subvenciones al Servef, dado que defiende que se tramitaron correctamente).
El último paso será la asamblea electoral para facilitar el relevo generacional
Aun así, y suponiendo que el plan de viabilidad saliera adelante, a la futura Coepa le quedan dos grandes asuntos pendientes por resolver: la "guerra" con Cepyme, expulsada de la patronal por el expresidente Moisés Jiménez a pesar de que la mayoría de socios de Cepyme lo son también de Coepa, y las denuncias de la federación del metal (Fempa) contra las cuentas de los últimos años. Varias ya han sido anuladas y reformuladas, y aún quedan algunas denuncias vivas en los tribunales. Como también el recurso contra la anulación de los nuevos estatutos (recurridos también por Fempa, precisamente), que permitían la afiliación directa de empresas a Coepa sin pasar por su correspondiente organización sectorial.
Probablemente, todos estos "flecos" los aborde ya el próximo presidente de la patronal alicantina, si es que Coepa sobrevive al concurso de acreedores y esquiva la liquidación. Porque el último paso del plan trazado por Gómez es, una vez salvada la confederación empresarial, convocar una asamblea electoral a la que el también presidente de la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante (AEFA) no tiene intención de presentarse, según ha podido saber Alicante Plaza. Se abriría así el camino a una renovación generacional pendiente, en la que ya se están produciendo movimientos con la máxima discreción (al margen de los intentos de ciertos sectores de promocionar al dueño de Balearia, Adolfo Utor, próximo a Ximo Puig y que ni siquiera es socio de Coepa) para que los posibles candidatos no se "quemen".