ALICANTE. Pascual Pérez (Alicante, 1956) no es ningún recién llegado a la política. Ya en 1977, con sólo 21 años, pudo haberse convertido en el diputado más joven en el Congreso por el Partido del Trabajo. Y aunque lo cierto es que, desde entonces, nunca ha llegado a ejercer ninguna responsabilidad pública, sí ha mantenido su activismo (al margen de las clases de Matemáticas en el IES Figueras Pacheco) y confía en que Podemos le permita participar directa o indirectamente en la toma de decisiones a partir de 2019. Sostiene que esta vez sí ha llegado el momento de que el partido vaya a las urnas. Su receta: más participación ciudadana y atención a los barrios.
-Lleva ya un año al frente de Podemos en Alicante, ¿Cómo valora la labor política del partido en este tiempo?
-Ha sido un año muy ilusionante. Hemos creado una estructura imprescindible para poder afrontar otros retos. Especialmente, un consejo ciudadano que ha estado tomando una serie de decisiones vinculadas a la realidad de la ciudad. Y luego, hemos podido obtener una infraestructura como es la sede, que nos ha permitido tener actividades para la militancia y para toda la ciudad, que era algo imprescindible.
-Podemos no tiene representación municipal y, aunque no se sumó formalmente a la plataforma Guanyar Alacant, sí la llegó a considerar su voz en el Ayuntamiento. ¿Eso sigue en vigor?
-En las pasadas elecciones decidimos no presentarnos con nuestro nombre. Apoyamos a una confluencia que se llamó Guanyar Alacant y obtuvo una representación muy amplia. De alguna manera, de los 28.000 votos que sacaron... Podemos, en la candidatura autonómica sacó 23.000. Quiero decir que aportamos poderosamente a la obtención de resultados que permitieron desalojar al PP del Ayuntamiento, que era nuestro principal objetivo.
-¿Pero Guanyar Alacant sigue ejerciendo como representante de Podemos?
-Nosotros apoyamos un programa electoral con el que estamos comprometidos. Guanyar ha estado trabajando en la medida que lo ha permitido las dificultades de la ciudad, que son inmensas, porque acuerdos por encima de la ciudad nos llevaron a tener un alcalde que casi estaba cantado que haría imposible el propio acuerdo de gobierno del tripartito. Pero ahí han estado los concejales de Guanyar, igual que los de Compromís, o incluso los del PSOE, con enorme dificultad. Se ven gobernados por un alcalde que ha considerado que tiene mayoría absoluta y que lo firmado no servía para nada. Eso ha dado una peculiaridad que ha hecho que no se haya revertido ninguna de las políticas que estaba marcando el PP y que estemos necesitando de nuevo un gobierno de cambio para la ciudad.
-Perdone que vuelva a insistir: ¿entonces Guanyar sigue siendo la voz de Podemos en el Ayuntamiento o no?
-Podemos tiene su voz propia. Ha estado diciendo lo que ha querido decir por sí mismo. Con los concejales de Guanyar hemos estado trabajando para que algunas cuestiones que tenían relevancia para nosotros tuvieran repercusión municipal. Hemos tenido reuniones con ellos. Lo que sucede es que, para nosotros, Guanyar, como sujeto político, ha quedado extinguido porque la dificultad propia de formar parte de un gobierno con un PSOE y un alcalde que no tenía voluntad, más la propia complejidad de su estructura, la desproporción con la que resultó esa confluencia, con cinco a uno, en principio, y luego con la expulsión de Nerea Belmonte, cinco concejales de Izquierda Unida (IU), eso ha vaciado su posible estructuración como organización propia. Había un intento de crear un sujeto político que no ha prosperado. Se ha ido vaciando de los colectivos que le dieron apoyo y también de la militancia de Podemos. Políticamente tenemos relaciones con IU, que es quien realmente está en Guanyar Alacant.
-¿Cómo ve la situación de esa plataforma electoral ahora, a raíz de la disputa sobre los acuerdos aprobados por su asamblea en relación a los asesores municipales?
-Ahí hay una situación complicada que esperamos que IU resuelva pronto. No parece sensato y no llegamos a entenderlo. No queremos meternos en ese conflicto. Son cuestiones de los asesores. Creo que deberíamos estar a otras cosas, en defender lo que se ha defendido cuando se ha estado en el gobierno.
-Ya se ha referido al papel de Podemos en los resultados electorales de 2015. Lo cierto es que hasta el portavoz municipal de Guanyar llegó a reconocer en una entrevista concedida a Alicante Plaza que gran parte de los apoyos se consiguieron por el respaldo externo de Podemos. ¿Qué cuota de ese éxito le corresponde a Podemos?
-Los números son los que tenemos. Las voluntades de las personas son indescifrables, pero, insisto, los números dan que la lista de Podemos a la Generalitat en la circunscripción de Alicante obtuvo 23.000 votos. Guanyar obtuvo 28.000. No se podrá decir que todos fueron de Podemos, pero sí muchos. Esas proporciones reflejan que gran parte de los votantes de Guanyar lo eran porque querían votar a Podemos.
-También se ha referido a la expulsión de Nerea Belmonte ¿Qué opinión le merece lo sucedido con su ya excompañera de filas?
-Tuvo una serie de comportamientos que la asamblea de Guanyar consideró que no eran ajustados... Podemos le pidió que acatara la decisión de la asamblea y, como no lo hizo, se promovió su expulsión del partido. Así fue refrendado por el órgano de garantías democráticas, después de todas las acciones que ella ejerció.
-¿Cuál es el diagnóstico de Podemos sobre la situación del Ayuntamiento y de la ciudad?
-Sobre el Ayuntamiento, estamos pendientes de cómo se resuelve este sinsentido de gobernar la ciudad enrocándose. Hay dos situaciones que se está esperando a que se resuelvan judicialmente. Esperaremos a ver si la ciudad sigue con alcalde doblemente imputado. Ahora parece que se trata de tomar medidas que muestren que lo que no se había podido hacer tenía que ver con los concejales díscolos que provenían de Guanyar y Compromís. Eso no tiene ningún sentido. Decisiones como dirigir todos los recursos de Urbanismo a las licencias y paralizar la Oficina del Plan General, es un absurdo. Seguir sin atender a cuestiones importantes como la lucha contra la contaminación de los graneles, tampoco tiene sentido. El Ayuntamiento está viviendo en una situación de impasse que se está esperando a que acabe el mandato sin posibilidades de desbloquear cuestiones pendientes como la participación ciudadana. El reglamento está paralizado y nadie participa en la ciudad excepto Echávarri y sus cinco concejales.
-Ha comentado que, en este último año, Podemos ha podido dotarse de una estructura orgánica. ¿Está preparado para concurrir esta vez en las municipales de 2019? Y sobre todo: ¿Cómo lo harán?, ¿en confluencia?
-Sin duda. Estamos preparados, si es necesario, para presentarnos en solitario. O para aportar, con más criterio y más posibilidades, a una posibilidad de confluencia con la sociedad civil y con otras formaciones políticas afines. Pero desde luego nuestra apuesta principal es consolidarnos nosotros frente a las municipales de 2015, a las que llegamos de nuevas, sin posibilidades para afrontar el reto en condiciones. Esa situación explica parte de lo que pasó en esa confluencia.
-¿Está habiendo ya contactos para implicar a la sociedad civil y a otras formaciones?
-Sí. Tenemos contactos con la sociedad civil, con colectivos vecinales. Con algunas ya teníamos relación. Yo vengo de ese mundo vecinal, y seguimos compartiendo el análisis de que está todo por hacer. Políticamente, hemos tenido relaciones normales con IU y con Compromís. Para hablar de 2019 de forma específica, todavía no. Esas cuestiones se sometarán al criterio de la militancia, que es la que decidirá si hay confluencia.
-¿Podemos va a marcar alguna condición o veto de programa o de personas para conformar esa posible confluencia?
-No, no va a haber ningún veto más allá de que esa confluencia debe ser representativa de las fuerzas de cada uno y de las fuerzas que imponga la sociedad civil. No podrá ser nunca algo parecido a lo que ha sido Guanyar. No es que hubiese desproporción, es que fue monocolor. Eso no es razonable. Y repito: parte de la problemática actual tiene que ver con eso. Al final, eso no permite que nadie se sienta representado. Ni la parte que tiene la mayoría. Eso crea problemas porque acaba confundiendo los órganos: si se reúnen los mismos, unas veces como Guanyar y otras como IU... Eso probablemente explica lo que sucede ahora.
-¿Considera que en la configuración de la lista de Guanyar, Podemos fue engañado?
-No es que se nos engañara. Las condiciones fueron acordadas, pero no tuvimos en cuenta situaciones que debíamos haber considerado. Cuando se planteó esa desproporción proveniente de esas primarias, no teníamos nada previsto para reajustar esa desproporción y habría que haberlo tenido. Hubo una falta de atención por las dos partes: por IU y por lo que entonces era Podemos, un partido que estaba surgiendo con unas indicaciones generales por parte del Consejo Ciudadano Estatal que dificultaba mucho. La imposibilidad de que, si no se lograba un buen acuerdo, pudieses presentarte en solitario.
-¿Lo que intenta decir es que Podemos estaba atado de pies y manos?
-Sí. Eso ya no se va a producir. Si no se puede llegar a un acuerdo, Podemos tiene que poder presentarse y se va a presentar en solitario, con su marca, pero con la sociedad civil, dando cabida a independientes, pero con la marca de Podemos para ponerse a disposición del proyecto. Si es posible llegar a una coalición o a una confluencia que evite esa desproporción que hubo, estamos dispuestos. Pero, en 2015, el algoritmo era muy complicado.