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medidas correctoras exigidas en su autorización 

El Puerto quiere activar las medidas antigraneles este verano para conservar el permiso del Consell

12/03/2017 - 

ALICANTE. El primer (y por ahora único) paquete de medidas antigraneles que está obligado a implantar el Puerto de Alicante debe estar listo y a pleno rendimiento este verano. Como muy tarde, "todo estará terminado en agosto", según concretó el presidente de la Autoridad Portuaria, Juan Antonio Gisbert, en declaraciones a Alicante Plaza tras su última comparecencia pública. 

Se trata de la instalación de nuevos muros-pantalla, de sistemas de pulverización de agua y de maquinaria para el lavado de ruedas para evitar la propagación y difusión de materiales pulverulentos a la atmósfera. Pero, sobre todo, de la colocación de hasta cuatro nuevas estaciones de control de la calidad del aire (distribuidas en otros tantos puntos en el entorno del recinto portuario para captar la evolución de los cuatro vientos) que se sumarán a los tres puntos de medición que ya funcionan desde hace años en suelo del propio Puerto.

Gisbert destacó que tanto la información registrada por esos captadores propios (que nunca han detectado que se haya sobrepasado el límite legal de contaminación, insistió) como los cuatro nuevos proporcionarán datos que se publicarán en tiempo real en la Red de Vigilancia de la Calidad Ambiental de la Conselleria de Medio Ambiente, de modo que estarán al alcance de cualquier interesado en conocer su evolución.

El informe de la UA sobre el control de la calidad del aire del que depende la construcción de naves cerradas podría conocerse en el último trimestre de 2018

Como publicó este diario, el Instituto Universitario de Ingeniería y Procesos Químicos de la Universidad de Alicante (UA) llevará a cabo un análisis de esos resultados durante un plazo de un año y después emitirá un informe en el que se calibrará la incidencia real del movimiento de graneles sobre la calidad del aire. De acuerdo con los tiempos marcados por Gisbert, las mediciones comenzarán a evaluarse a partir de septiembre, de modo que las conclusiones sobre esas emisiones se podrían conocer a finales de 2018.

Ese informe de evaluación resulta más que trascendente, ya que de sus resultados depende que el Consell exija necesariamente el segundo paquete de medidas correctoras: la construcción de naves cerradas en depresión para que el movimiento de graneles deje de producirse a cielo abierto. Si las mediciones constatan que se superan los límites de emisiones de partículas, el Puerto quedará obligado a ejecutar esa segunda inversión para que la Conselleria de Medio Ambiente no revoque la autorización de emisiones a la atmósfera concedida en noviembre. De hecho, ese permiso estaba condicionado al cumplimiento de esas medidas correctoras, en dos fases de ejecución.      

El Puerto licitó la contratación de la primera fase de esas medidas antigraneles en enero con un presupuesto de 2,4 millones de euros. Gisbert precisó que su adjudicación debería estar cerrada en abril. 

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