ALICANTE. Vistos los palos y las críticas que se ha llevado con el proyecto del puente para unir las dos escolleras del Puerto, el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, ha acabado convirtiendo ese proyecto megalómano en un plan de movilidad para reordenar la fachada litoral de Alicante. Un proyecto, que, como él mismo expuso, anheló el alcalde socialista Ángel Luna, e intentaron los alcaldes del PP Luis Díaz Alperi y Sonia Castedo. Ahora, todo ha quedado reducido a cantidades inferiores, supeditado a la finalización de las obras de la Vía Parque, que debe conectar Elche con Playa San Juan, con el controvertido puente como último objetivo, prescindible, pero sobre todo, como le dijo el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, condicionado a que exista "consenso". De momento, no lo tiene de sus socios, Compromís y Guanyar, ni de la oposición. El alcalde pretende que la sociedad civil se sume a él y que el resto de partidos se vayan adhiriendo. Busca, en definitiva, recuperar el crédito perdido con sus vaivenes, decisiones caprichosas, o sus filtraciones interesadas. De lo contrario, por lo visto este jueves, si no lo consigue, éste será un plan exclusivamente del PSOE.
Echávarri buscaba un golpe de efecto. No sabemos si lo ha conseguido. Lo único claro es que el proyecto ahora presentado es un poco más creíble, aunque sigue teniendo muchas incógnitas, como la afección que pueda tener con los terrenos del Puerto. ¿La financiación? El proyecto Alicante Conecta -descontado el puente- tiene un coste de 50 millones de euros y se materializaría en cinco fases. "Ese dinero es una actuación estratégica de la Generalitat, sólo vendrá si es para eso; necesitamos consenso", ha insistido el primer edil.
El alcalde, junto el ingeniero de la Universidad de Alicante y responsable de la dirección de las obras de la Vía Parque, Jaime Alonso, han desgranado los detalles de esa maqueta en el Hotel Meliá ante centenares de personas, entre ellos, muchos dirigentes empresariales, sindicales, las dos universidades y dirigentes vecinales.
Así, el objetivo primordial es la peatonalización de la Explanada. Y para poder llevarlo a cabo es necesario que antes acaben las obras de la Vía Parque, en el tramo comprendido entre el centro comercial Puerta de Alicante y el PAU1. De esta manera, a juicio del alcalde, la ciudad tendría finalizadas sus cinco vías para poder atravesar su núcleo urbano: Avenida Jaime II, Gran Vía; Vía Parque; circunvalación A7 y circunvalación de peaje. Y así podría liberar la sexta, que es la Explanada, según el proyecto presentado.
Sobre las obras de la Vía Parque, tanto Echávarri como el ingeniero consideraron que antes del verano de 2018 estarán acabadas y se podrán salvar las vías del tren-"el cajetón está hecho", dijo Jaime Alonso"- de modo que conectará con el acceso del centro comercial de Puerto de Alicante y, por tanto, con Elche. "El tráfico hacia Elche se debe reorientar hacía aquí, y no por la franja litoral", insistió Alonso.
Una vez esté resuelto ese eje, el alcalde propone acometer la peatonalización de la Explanada, con dos ideas: ganar un carril para el paseo de teselas, e implantar el tranvía hasta San Gabriel para su posterior conexión con la línea ferroviaria que iría al aeropuerto. Ese tranvía tendría paradas en el Postiguet, final de la Rambla, Plaza Galicia, Benalúa Sur/juzgados y San Gabriel.
Ese plan conlleva cuatro actuaciones o fases. La primera, peatonalización de la Explanada, con construcción de la línea del tranvía con su catenaria, 9 millones de euros; los convoyes entre la estación de FGV en La Marina y San Gabriel, 21 millones de euros; retirada del scalextric de la Avenida Villajoyosa, 6 millones de euros y nueva rotonda en la intersección de la Calle Méjico, 6 millones de euros; unos 42 millones, que con IVA llegaría a los 50 millones. El puente, como proyecto utópico para futuras corporaciones (en caso de que lo consideren y si fuera necesario como vía de emergencia) está valorado en 30 millones de euros.
La primera fase, peatonalización de Explanada, se podría ejecutar este mandato, según palabras del alcalde. El tranvía entraría dentro del plan de movilidad de FGV para el período 2020-2023. Echávarri abundó en la idoneidad de iniciar el proyecto en 2018 para dar continuidad a las obras que se van a ejecutar en la Serra Grossa, que comienzan en el último trimestre de este año, y, a su vez, eliminar elementos ya prescindibles como el scalextric o los semáforos entre la calle Méjico y la avenida de Elche. Pero insistió en el consenso, político, que no tiene. "Estos euros deben servir para unir, y no para dividir", afirmó el alcalde. "Es el momento de generar el debate; no podemos parar y si hay consenso, tenemos el compromiso de Ximo Puig de que habrá inversión", concluyó.
El puente sería otra fase del proyecto, más lejana. Los únicos detalles los dio el ingeniero: se trata de un proyecto de 150 metros, de 25 metros de altura, sin impacto visual y con una pendiente del 5,5%. Tendría carril viario y peatonal. Su coste está cifrado en 30 millones de euros, pero no se ve cómo opción prioritaria, según sostuvo el alcalde.