ALICANTE. El próximo lunes se cumplirán diez años desde que el Hércules empezó a utilizar el campo de entrenamiento de la partida de Fontcalent.
Unas instalaciones cuya construcción en 2006 y posterior remodelación en 2010 tuvo un coste de más de 700.000 euros que corrieron por cuenta del club blanquiazul si bien la titularidad de las mismas es de una empresa del Grupo Cívica, la sociedad Camservi Obras y Servicios, S.L. Esta mercantil mantiene "un acuerdo verbal" con el Hércules sobre la cesión de su uso "en régimen de precario" y "por tiempo indefinido"...
La historia de las instalaciones de Fontcalent se inicia el primer trimestre de 2006 con la puesta de la primera piedra de un campo de entrenamiento que ocupa la parcela 122 del polígono 20 de la citada partida y que cuenta con una superficie ligeramente superior al medio millón de metros cuadrados. Por espacio de diez meses, la constructora Enrique Ortiz e Hijos ejecutó unas obras que fueron paralizadas por la Gerencia de Urbanismo por carecer de licencia e incluso objeto de una investigación penal por la presunta comisión de un delito ecológico que fue archivada.
En los últimos meses de 2010 y con el Hércules militando en Primera División, las instalaciones fueron objeto de una profunda renovación para tratar de adaptarlas a la categoría deportiva del club. A lo anterior se llegó no sin sobresaltos y es que si varias de las estrellas que en ese momento militaban en las filas del Hércules como David Trezeguet, Royston Drenthe o Nelson Valdez se llevaban la manos a la cabeza al comprobar cómo un equipo que competía con los clubes más grandes del mundo tenía que entrenarse en una suerte de sembrado en medio de la nada, en vísperas de la visita del Real Madrid a Alicante para disputar el encuentro correspondiente a la jornada novena, la plantilla llegó a protagonizar un plante, negándose a entrenar en Fontcalent ante la falta de suministro eléctrico y por extensión de la posibilidad de disfrutar de agua caliente.
El naufragio del Plan Rabasa primero y de la ATE de Ikea después, ha impedido por ahora a Ortiz sacar adelante su vieja aspiración de construir una suerte de Pinatar Arena que, previo pago obviamente también estaría a disposición del Hércules. Eso sí, en los últimos meses se ha especulado con que la alternativa para la instalación de la multinacional del mueble en el polígono de Rabasa conllevaría, entre otras actuaciones, una suerte de ciudad deportiva de carácter privativo también.