proyecto en el polígono de las atalayas

De tabaco a ropa deportiva: Sprinter proyecta un macrocentro logístico en las naves de Altadis  

23/01/2017 - 

ALICANTE. Segunda vida para las naves abandonadas de Altadis de la mano de la alicantina Sprinter. La cadena de tiendas de ropa deportiva, que se ha consolidado como referente nacional con más de 100 puntos de venta y 2.600 empleados desde que abrió su primera tienda en Valencia, en 1995, pretende volver a dar uso industrial a las instalaciones que pertenecieron a la tabacalera, situadas en una parcela de más de 146.000 metros cuadrados del polígono de Las Atalayas de Alicante. 

Según pudo saber Alicante Plaza, la compañía con domicilio social en Elche pretende utilizar esas naves para implantar un macrocentro logístico desde el que organizar los pedidos y la distribución de sus productos hasta su red de establecimientos. El proyecto comprende la creación de un punto de almacenaje y clasificación para más de 300.000 cajas, para cuyo tratamiento requiere de maquinaria con amplias necesidades de espacio físico (sobre todo, de altura) que permitan llevar a cabo la operativa. La empresa ha solicitado ya información al Ayuntamiento de Alicante para determinar si sus planes son o no viables (en concreto, un certificado de compatibilidad urbanística). Al parecer, la puesta en funcionamiento de esas instalaciones conllevaría la creación de entre 30 y 50 puestos de trabajo.

Las naves de Altadis permanecen desocupadas desde diciembre de 2009 -aunque el desmantelamiento se prolongó hasta mediados de 2010- cuando la matriz de la compañía, Imperial Tobacco, consumó el cierre y traslado de la producción que había anunciado en junio de 2008 ante la caída de las ventas de tabaco negro y se llevó esa parte del negocio hasta la planta de Logroño. Esa decisión conllevó un primer ERE para los 338 trabajadores de Alicante a los que se ofreció prejubilaciones o traslado hasta ese centro de producción. A esa última posibilidad se acogieron una treintena de empleados. Con todo, finalmente, la planta de Logroño también cerró sus puertas en enero de 2016 en una nueva fase de reestructuración de la compañía.

Las antiguas naves de Altadis en Las Atalayas fueron inauguradas en 2002 por parte del entonces presidente de la Generalitat, José Luis Olivas. Entonces, esas instalaciones se presentaron como las más modernas del grupo Altadis, con una inversión de 40 millones de euros para la fabricación anual de 15.000 millones de cigarrillos Ducados, Gauloises, Habanos, Sombra, Boncalo, Partagás y Davidoff.

El aterrizaje de la tabacalera en el recinto industrial y el posterior cierre de la planta de producción estuvieron rodeados por la polémica, ya que el traslado hasta Las Atalayas se orquestó tras la firma de un acuerdo de permuta con el Ayuntamiento en unas condiciones cuando menos ventajosas para la compañía. La operación, negociada por el exalcalde Luis Díaz Alperi (PP) en el año 2000, implicaba la mudanza de la fábrica que la marca poseía hasta entonces en el barrio de San Antón, que pasaba a ser de propiedad municipal, a cambio de cinco parcelas edificables de suelo público que la compañía podía comercializar para sacarle rendimiento. 

Esas cinco parcelas se distribuían en el PAU 1 (dos), en el PAU-5 de Playa de San Juan (otras dos) y en la Ciudad de la Luz. Esas parcelas, que se traspasaron a Altadis en 2001 y 2004, se tasaron entonces con un precio de mercado de cerca de 18 millones de euros que se consideró muy superior al valor de las antiguas instalaciones de la tabacalera, ahora reconvertidas en el Centro Cultural Las Cigarreras. A cambio, Altadis se comprometía a mantener su actividad en Alicante y apostó por implantarse en Las Atalayas. El desenlace ya es conocido: Altadis anunció el cierre de esa planta seis años después de inaugurarla.     

En el caso de que esta nueva operación sobre esas naves fragüe, Sprinter sumaría su centro logístico al de otras grandes compañías como la juguetera Famosa, también asentado en el polígono de Las Atalayas junto a su planta de producción, desde que decidió abandonar Onil, en 2015. Sprinter cerró 2015 con una facturación de más de 164,13 millones, lo que supuso un incremento del 21% respecto a sus números de 2014. La cadena comercializa productos de primeras marcas deportivas, como Adidas, Nike, Puma, Fila, Asics y Puma. Muchos de los modelos de estas marcas son diseñados en exclusiva para Sprinter, según la propia compañía.

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