CEO de Vivood landscape hotel

Daniel Mayo: "Existe el riesgo de una burbuja emprendedora, como el boom de la construcción"

9/10/2016 - 

BENIMANTELL. Con sólo 29 años ya había inaugurado el primer hotel paisaje de España. Daniel Mayo es el arquitecto, dueño y director de Vivood Landscape Hotel, abierto desde el verano de 2015 en el Valle de Guadalest. La idea nació hace ocho años, pero con el tiempo se fue modificando hasta lo que se ha convertido a día de hoy, gracias en gran parte a ser seleccionados por la primera edición de Lanzadera, programa de apoyo a emprendedores de Juan Roig, que invirtió 1,16 millones de euros a través de su sociedad limitada Angels. En tan sólo un año de vida, estos alojamientos han logrado numerosos premios, el último: Turismo Sostenible Comunidad Valenciana.

-¿Qué hace de especial Vivood para que le premien por su sostenibilidad?

Tiene una arquitectura sostenible de pequeña escala y racional. Es decir, con el boom de la arquitectura empezaron a hacerse edificios sostenibles, grandiosos, con sistemas tecnológicos... pero yo creé un movimiento que se basaba en volver a la sostenibilidad más tradicional que lleva existiendo desde hace mil años, donde pequeños sistemas como la ventilación, el agua, la incidencia del sol, en pequeña escala, eran mucho más racionales que implantar sistemas tecnológicos demasiado avanzados. Por ejemplo, utilizamos placas solares en los restaurantes que suministran parte de la energía al hotel, tenemos piscinas de agua salada para no utilizar productos químicos y hacemos una apuesta sostenible desde el punto de vista más local. 

-¿Cómo?

Fomentamos mucho el consumo de productos de kilómetro cero, locales. Aplicamos un tema de sosteniblidad basado en la integración con el tejido económico de la zona. Nosotros recomendamos actividades de aquí, trabajamos con las empresas locales, apostamos por la contratación de empleados del municipio. Y eso también es sostenibilidad, un concepto que se mira desde el punto de vista gastronómico, de tiempo libre, contratación, fomento del consumo local, respeto por la naturaleza, talleres de interpretación de la misma...

-Supongo que respetar la naturaleza del entorno tendrá sus limitaciones…

El diseño arquitectónico se ha hecho basándose en un sistema reversible que se impuso en el terreno, pero que no se agrede excesivamente. Por ejemplo, los módulos se fueron colocando de forma estratégica para no ir dañando los bancales árabes que había en la parcela o para evitar que elimináramos las especies autóctonas. Hicimos como un trabajo de acupuntura donde nosotros íbamos colocando las casas como si fueran en los sitios en los que la naturaleza nos iba permitiendo.

-¿Por qué se decidieron por el Valle de Guadalest?

Yo siempre digo que puestos a elegir el planeta entero, era estúpido no empezar por una de las mejores zonas de España y casi del mundo. Hicimos análisis turísticos y vimos que la Marina Baja, a nivel de flujo de turistas, de calidad de servicios, de proveedores, de vuelos, de infraestructuras y demás, era una maravilla. Era el sueño de cualquier hotelero. Casualidad o no, después de hacer miles de kilómetros, encontramos la joya de la provincia de Alicante: un valle que está a 20 minutos de la costa. Al fin y al cabo todos vivimos de esta influencia y más estando en Alicante. Vimos que a nivel paisajístico, de construcción, costumbre, pueblo y su mentalidad turística era perfecto. Tenemos un pie en la principal fuente de turismo de la provincia, pero dando una oferta completamente distinta, en un sitio sin edificar, bastante puro, con una naturaleza y una riqueza vegetal de fauna y flora impresionante. Y cuando lo vimos, supimos que era perfecto. Era el sitio ideal para lo que nosotros teníamos en mente.

-Vuestro proyecto dista bastante del que lidera la capital turística de la provincia… ¿Os beneficia o perjudica estar tan cerca?

Yo siempre digo que Benidorm es un tipo de turismo diferente, pero es una referencia a nivel mundial del que hay que aprender. Es una máquina perfectamente creada para satisfacer las necesidades de un cliente que quiere irse de vacaciones. Y en esencia, nosotros cubrimos esa necesidad también. 

BENIDORM ES UN TIPO DE TURISMO DIFERENTE, PERO ES UNA REFERENCIA A NIVEL MUNDIAL DEL QUE HAY QUE APRENDER

Tiene una competitividad y una serie de recursos de proveedores, que son comunes a los hoteles de todo el mundo. Todos los hoteles tienen sábanas, servicio de limpieza... Para nosotros es un lujo estar tan cerca de referencias mundiales turísticas, ya no sólo Benidorm, L’Alfas del Pi, Altea, Calpe, que además son zonas que por su clima y por cómo han sabido trabajar, están perfectamente preparadas para satisfacer, por ejemplo, la necesidad del cliente internacional, que son una de las fuentes más importantes que tenemos nosotros  en el hotel.

-Normalmente, el arquitecto se desvincula de sus creaciones, pero usted se ha convertido en el CEO de la empresa, ¿Cómo lo lleva?

Al final creo que es un ejercicio muy sano, muy complejo, pero muy sano. Muchas veces los arquitectos hacen su obra, desaparecen y no saben qué va a suceder allí después. El hecho de ser el propietario de la empresa, ser el arquitecto y ahora ser el director es un tema complicado. Al final, el arquitecto quiere hacer el mejor hotel, el propietario quiere hacer el más barato y el director quiere hacer el que mejor funcione. Ser uno mismo el que discute estas tres cosas es difícil. Tengo la suerte de tener un grandísimo equipo, con los arquitectos que empezaron conmigo que me ayudan en esto: Pablo Vázquez y Agustín Marí. Lo interesante es que has hecho un hotel pensando en esas tres ramas y al final eso te ayuda a ser muy competitivo porque no haces ni el hotel más caro, pero sí el más bonito que el arquitecto podría hacer. Haces el más barato que el propietario quisiera pagar, pero siempre con la mentalidad de hacerlo lo más bonito que el arquitecto quisiera.

-¿Cuál es el balance de este primer año de vida de Vivood?

Es muy positivo. Creo que los huéspedes lo han entendido. Hemos encontrado esa necesidad del lujo y la evasión. Había una necesidad de crear un tipo de vacaciones donde el centro ya no era una cama donde dormir en un hotel, sino que era vivir una experiencia de desconexión, de contacto con la naturaleza, con uno mismo, de evasión, de pasear con tu pareja, de charlar, de apagar el teléfono móvil. Vemos que el primer paso, que era el más complicado, que era el de demostrar que existía esa necesidad, está dado.

-¿Tienen interés de expandir el proyecto?

Hay una visión de expansión, de crecimiento. Ahora mismo hemos acabado lo que para nosotros es un hito fundamental. Después de ocho meses en funcionamiento, en mayo ya inauguramos unos espacios nuevos. Un restaurante, que tenemos además abierto al público, bajo reserva previa, para que puedan disfrutar de nuestra gastronomía. Y espacios para eventos de empresas, que eso nos desestacionaliza la oferta. Nosotros tenemos una oferta de vacaciones, pero también hemos visto que las empresas igual que las personas tenían la necesidad de encontrar sitios de reunión que se alineasen a sus valores de hoy en día: la sostenibilidad, el consumo responsable... y estamos dando cabida a muchos eventos con empresas que confían y que quieren transmitir al mundo un mensaje de que están preocupados por este nuevo tipo de conciencia. Y qué mejor manera de demostrarlo que haciendo sus eventos de marketing, de ejecutivos y demás en un hotel como el nuestro, que comulga con sus principios.

-¿Quiere implantar este modelo en otros lugares del país?

Hay un plan de expansión que es para lo que nace la cadena, consolidar un nuevo concepto de alojamientos turísticos. 

EXISTE LA INQUIETUD DE ABRIR OTROS HOTELES POR ESPAÑA, PERO PRIMERO QUEREMOS SER LÍDERES EN LA COMUNITAT

Pero hoy en día mi principal preocupación no es tanto en soñar con esa cadena hotelera, sino en conseguir el 10 en la experiencia de los turistas que hoy en día se alojan y que ya están confiando en nosotros como hotel, así como convertirnos en el número uno de los hoteles de la Comunitat Valenciana. Existe la inquietud de abrir otros hoteles por España, pero no se está trabajando en ella como foco principal hoy en día. 

-Usted es un claro ejemplo de éxito emprendedor, ¿cómo ve la situación actual de este movimiento?

Bueno, no me considero en ningún momento un caso de éxito de emprendedor en España. Soy una persona que ha empezado un proyecto. Creo que la clave es la autocrítica y la ambición. Para mi gusto he cumplido el 5% de lo que quiero hacer en esta vida. La insatisfacción todavía es grande y la visión también. Respecto a la situación, me parece muy inteligente que se apoye el emprendimiento como un sector económico en auge para generar riqueza en España porque se basa en la innovación, en la creatividad, en la evolución, en el desarrollo de nuevas ideas.

-¿Pero…?

Pero sí que es cierto que soy de las personas que tienen los pies en la tierra, y creo que la burbuja emprendedora es un riesgo que… bueno es como la espada de Damocles que pesa sobre nosotros y que no debemos de caer en ella igual que se cayó en el boom de la construcción. Emprender, crear empresas o ideas es muy interesante. Convertir en una moda todo esto es muy peligroso. Yo siempre que hablo con emprendedores y les doy mi visión les hago la misma reflexión: prácticamente el 90-95% de las empresas que empiezan mueren. 

LOS EMPRENDEDORES TIENEN QUE ASUMIR QUE ES MUY PROBABLE QUE FRACASEN COMO PARTE DE LA EXPERIENCIA 

Tienen que asumir que es muy probable que fracasen como parte de la experiencia emprendedora y que tienen que valorar mucho y muy bien dónde se están metiendo antes de hacerlo porque, fuera parte de la erótica del emprendedor, hay una apuesta de vida que te arrastra ya no sólo a ti mismo, sino a tus seres queridos, a tu pareja, a tus familiares, a tus amigos... Todo el mundo tiene que hacer una reflexión muy madura e intensa antes de decidir emprender si es lo que quiere de verdad, o es una salida rápida porque es lo primero que le apareció por el camino.

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