análisis ap - pleno de modificación del presupuesto

Barcala se mide ante la oposición con obras en busca de rédito para cubrir la mitad de su mandato

2/09/2019 - 

ALICANTE. El bipartito de Alicante, compuesto por 9 ediles del Partido Popular (PP) y 5 de Ciudadanos (Cs), con el popular Luis Barcala al frente prevé inaugurar el curso político con una propuesta de modificación contable que puede procurarles rédito suficiente como para dar por cubierta su función política durante casi la mitad del mandato. Se trata de un ajuste en el presupuesto ordinario de este año -aprobado ya durante la etapa de Gobierno del PP en solitario, tras la ruptura del tripartito- con el que se pretende mover partidas por un importe global de 38,3 millones para poder contratar las llamadas inversiones financieramente sostenibles.

En función del acuerdo inicial ya aprobado en Junta de Gobierno a principios de agosto, se aspira a licitar hasta 38 proyectos y obras municipales por valor de 27,8 millones con el remanente de crédito (dinero no gastado) en el ejercicio económico anterior. Esas actuaciones ya son conocidas: en su mayor parte quedaron definidas en el documento anexo al presupuesto negociado con el grupo municipal de Guanyar (ahora extinguido), por un lado, y con sus actuales socios de Cs, por otro. 

De ese paquete de licitaciones anunciadas, destacan el carril ciclista y peatonal que conectará la EUIPO con Urbanova por 3 millones; la renovación de pavimentación de calzadas por 2,9 millones; la reurbanización de la segunda fase de la avenida Padre Esplá por 2,5 millones; la reurbanización del barrio de Rabasa por 2,4 millones; la renovación de alumbrado para mejora de eficiencia energética en barrios y polígonos industriales por 1,9 millones; la mejora del polígono Llano del Espartal con 1,8 millones; la rehabilitación de instalaciones deportivas por 1,6 millones y la instalación de placas solares para la mejora de la eficiencia energética en centros escolares por 1,1 millones.

En suma, las 38 intervenciones confluyen en el objetivo común de remodelar, transformar, rematar y modernizar la escena urbana de una ciudad sumida en una falta de inversión (municipal, autonómica y estatal) demasiado prolongada. 

Todos esos proyectos deberían sacarse a concurso antes de que finalice el año. A priori, la mayoría de ellos estarían ya redactados y con los pliegos de bases listos para que puedan someterse a la competencia entre empresas. Pero lo cierto es que bastaría con que se pudiese ejecutar la mitad de ellos como para que PP y Cs pudiesen llegar a la próxima cita con las urnas, en 2023, con un balance de gestión satisfactorio. Al menos, si se compara con los años de barbecho precedentes. El dinero de la EDUSI (el plan de reurbanización del área de Las Cigarreras), la ayuda de la Diputación para sentar las bases de un proyecto cultural como el que se pretende en La Británica y una inaplazable mejora en el servicio de limpieza viaria podrían completar la tarea.

Los 38 proyectos confluyen en el objetivo de transformar y modernizar una ciudad sumida en la falta de inversión municipal, autonómica y estatal

Antes, eso sí, el cambio presupuestario debe superar el filtro de los grupos políticos de la oposición: PSPV-PSOE, Unides Podem EU, Compromís y Vox. Se prevé que la propuesta pueda someterse a votación en un pleno extraordinario el próximo 10 de septiembre. Para que quede aprobada, el bipartito solo requiere más votos a favor que en contra. Y, juntos, ya suman 14 síes entre 29 posibles. Así, todo parece indicar que la posición determinante puede estar en manos de los dos concejales de Vox, como se vislumbra que pasará en múltiples ocasiones a lo largo de este mandato. Si los dos regidores del partido de Santiago Abascal apoyan la propuesta o se abstienen, PP y Cs tendrán el camino despejado sin que cuente lo que pueda hacer el resto de ediles de la oposición. 

Por el momento, ni Vox ni el resto de fuerzas políticas municipales tienen una postura definida sobre los planes del bipartito. Las cuatro formaciones prevén analizar todas las variables de la ecuación con sus respectivas ejecutivas en los próximos días. Ahora bien, nada parece apuntar que Vox vaya a bloquear la ejecución de inversiones siempre que no choquen con sus líneas rojas: todo aquello que ya han calificado de "chiringuitos políticos" como la memoria histórica o la concejalía LGTBI.

Unides Podem EU, por su parte, debería desvincularse completamente de la experiencia previa que supuso Guanyar para justificar ahora un posible rechazo. Y Compromís ya hizo gala de una abstención responsable para que el presupuesto de 2019 pudiese prosperar sin la participación obligatoria de los ediles no adscritos, Nerea Belmonte y Fernando Sepulcre.

Sólo el PSPV-PSOE rechazó esas cuentas, como ya hiciese con la cancelación del plan de ajuste, con el argumento de que no se podía confiar en el partido que había disparado la deuda municipal y que había expuesto al Ayuntamiento a la intervención económica por parte del Ministerio de Hacienda. Está por ver si el renovado grupo municipal, ahora dirigido por Paco Sanguino, mantendrá o no ese argumento.

La cuestión es que todos deben decidir si dan esa distancia de ventaja a PP y Cs para la próxima carrera electoral. Barcala es consciente de la encrucijada en la que se encuentran sus rivales de la oposición y está dispuesto a medirse frente a ellos cuantas veces resulte necesario.

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