Estas fiestas cobran un sentido diferente porque van a ser mis primeras fiestas como mamá, y aunque mi hija todavía es muy pequeña y sigue feliz y ajena a esto del consumo despiadado de cualquier sistema capitalista, han sido las primeras fiestas que yo empiezo a fijarme en los juguetes, un universo del que espero seguir al margen o al menos no entrar de lleno de manera inconsciente.
Quiero poder controlar esta tremenda invasión consumista en que nos vemos metidos a veces sin darnos cuenta. Esta inhumana vorágine y tentación por consumir. Consumir y consumir. No seré yo quien haga una reflexión al respecto, cada uno ya sabe y decide cómo quiere educar e involucrar a sus hijos con el consumismo pero sí que es cierto que invito a todos los papás y mamás a que al menos piensen y reflexionen qué estrategia o qué educación quieren ofrecer a sus menores.
Creo que es mas importante de lo que parece. Creo que no sirve todo. Y creo que es vital decidir qué enfoque le vamos a dar a estos días de consumo sin piedad. Vamos… que no nos dejemos llevar por la inercia; que si queremos consumir hasta hipotecarnos que lo hagamos, pero que seamos conscientes de ello. Insisto que nos sean las campañas brutales de consumo las que nos lleven a actuaciones y compras de las que luego nos podamos arrepentir. Y sobre todo que nos fijemos bien qué juguetes compramos.
#Juguetesporlaigualdad
Por ello me gusta la campaña que ha lanzado la Concejalía de Igualdad y Políticas Inclusivas del Ayuntamiento de Valencia con motivo de la época navideña: #Juguetesporlaigualdad. Una campaña que supone un gesto importante. Que un gobierno preste atención a este aspecto en las campañas de juguetes me gusta. Me tranquiliza. Y me dice mucho. Dice mucho del giro y del enfoque del gobierno actual. Una campaña que no ha gustado a todos los partidos políticos. Una campaña que ha criticado el PP.