VALÈNCIA. Cierto es, así lo reflexionaba un veterano dirigente este sábado en Benidorm, que los congresos socialistas han perdido notables dosis de épica y romanticismo en los últimos tiempos. La salas llenas de humo y los vapores del alcohol han dejado paso a negociaciones algo más ordenadas y lógicas fruto de los nuevos procesos -primarias- y metodología de estos cónclaves.
Ahora bien, un congreso del PSPV siempre es un congreso del PSPV. Y el que se está celebrando este fin de semana no iba a ser menos. A última hora de la noche de este sábado, fuentes del partido aseguraban que el acuerdo entre el secretario general y presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y el principal grupo de oposición interna, la familia política del exministro José Luis Ábalos estaba prácticamente cerrado.
Así, y pese a que el día había comenzado con turbulencias, a última hora de la tarde las posiciones comenzaron a acercarse. La secretaria general provincial, Mercedes Caballero, pieza clave en el 'abalismo', había denunciado por la mañana que el pacto estaba "roto" debido al incumplimiento del 'ximismo' respecto a la Secretaría de Relaciones Institucionales. Un puesto que, según la dirigente socialista, debía recaer en el alcalde de Burjassot, Rafa García por haberse acordado previamente y que finalmente será para el alcalde de Elda, Rubén Alfaro. Desde el entorno de Puig se negaba que existiera tal y promesa y se instaba a negociaciones posteriores.