Tras estudiar hostelería en el IES Llopis Marí de Cullera y más de doce años de periplo por Singapur, Austria, Londres, País Vasco, Cataluña o Toledo “buscándome la vida como pude”, matiza, apostó por la vuelta a sus raíces: su tierra, su pueblo. Carcaixent.
Junto con David Timor, amigo de la infancia y socio en la sombra, rastrearon más de 30 locales de su pueblo hasta dar con uno que cumplía con sus expectativas y posibilidades. Así nace Origen Carcaixent, un restaurante diáfano, lleno de luz, con un ambiente discreto, una sala amable y una cocina de proximidad de la de verdad. Y es que aquí se da servicio a un máximo de 25 personas, pero nos cuenta Álex, que “ojalá pudiéramos dar incluso menos mesas, eso sería el culmen de la sostenibilidad”, alega en un ejercicio de decrecimiento espiritual que aplica a una filosofía de negocio circular.
Aquí importa la sostenibilidad en todo su sentido: desde el producto de metro cero y la relación directa con los productores, a la economía circular; pasando por tejer redes y estructuras de apoyo entre ellos. Pero no solo sostenibilidad económica o ecológica, también social gracias a las políticas de conciliación para los trabajadores con horarios reducidos y libranzas generosas. “Si podemos conseguir que trabajen 38 horas en lugar de 40 mejor y aunque por la tipología de cliente nos es muy difícil cerrar los domingos, al menos uno de cada mes lo hacemos”.