VALÈNCIA. Cómo poner coto al turismo es uno de los principales debates sobre el futuro Plan Especial del Cabanyal-Canyamelar (PEC). Es harto sabido tras cuatro años desde que empezaran los trabajos de elaboración. Antes de la pandemia, el Cabanyal era la zona más caliente de la ciudad en la actividad de los inversores extranjeros y uno de los motivos era fundamentalmente que todavía no había aterrizado el Plan. Ahora, cuando su tramitación llega a los últimos retoques en los despachos, esta condición turística, que tanto asociaciones vecinales como en la concejalía de Urbanismo ven como posible amenaza, vuelve a revelarse auténtica: los grupos de inversión batallan para evitar que la primera línea de playa en València quede vetada al uso hotelero.
Así lo desveló este lunes la concejala de Urbanismo y vicealcaldesa de la ciudad, Sandra Gómez: el departamento que dirige ha rechazado 25 alegaciones que diferentes grupos inversores presentaron en el trámite de información pública del nuevo planeamiento. Su objetivo era que el Ayuntamiento revertiera la prohibición que fija el plan para que los inmuebles ubicados en el paseo marítimo puedan dedicarse al uso hotelero en un futuro. Desechadas estas peticiones privadas, el PEC finalmente impide que estas decenas de edificios, buena parte de uso residencial, se conviertan en hoteles.
"València está librando una batalla frente a la turistificación del barrio", dijo Gómez este lunes, quien resaltó que buena parte de las alegaciones recibidas por la delegación iban dirigidas precisamente a eso; buscaban que en la fachada marítima de calles como Eugenia Viñes o Astilleros se permitiera el uso para hotel. "Han alegado todos en bloque", admitía la regidora, quien defendió el rechazo consistorial: "Lo tenemos muy atado y estamos muy convencidos". Ahora bien, la posibilidad de que lleguen los recursos contra el nuevo planeamiento están ahí, como ocurrió con el Plan Especial de Ciutat Vella, y en el Ayuntamiento no lo descartan. Gómez dio incluso por supuesto que estos grupos, de los cuales no quiso dar nombres, irán a los tribunales: "Seguramente batallarán judicialmente, no lo descartamos".
El hotel de 15 plantas se mantiene pese a Costas
Por otro lado, pero está relacionado con esto, el futuro hotel de hasta 15 plantas que había soliviantado a algunos colectivos vecinales, continuará estando presente en el Plan, en el extremo sur del barrio del Cabanyal. Sobre las críticas de estas asociaciones, Gómez defendió que "no se puede prohibir todo el uso hotelero en el barrio", lo cual dio a entender que incrementaría el peligro de que los tribunales pudieran tumbar el futuro planeamiento. Por eso, incidió en que se ha "concentrado" este uso hotelero "en una esquina" del Plan, y eso "asegura el uso residencial del barrio".
El Ayuntamiento de València pasa por alto así las advertencias vertidas también por la Demarcación de Costas sobre este edificio hotelero, ubicado concretamente en el PAI de las Piscinas. A juicio del departamento gubernamental, las condiciones volumétricas de este futuro edificio contravendrían la ley de Costas al no distribuirse "de modo homogéneo" en consonancia con el entorno "sin romper la perspectiva litoral". Sin embargo, ya en su momento Gómez defendió que la Demarcación no debería poder objetar nada sobre esto puesto que el hotel se encuentra fuera de terreno marítimo-terrestre.
Así pues, admitió que no se ha llegado a ningún acuerdo con este departamento dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, pero el Ayuntamiento lo mantendrá al entender que el las "recomendaciones" recogidas en el informe de Costas "se extralimitan en sus competencias" dado que el terreno donde se ubicaría el complejo "no es zona marítimo-terrestre". "Lo tenemos clarísimo y por eso continúa adelante", concluyó en este sentido. El consistorio defiende la necesidad de mantener este hotel porque su plusvalía, que se calcula en unos 8 millones de euros, ayudaría a financiar buena parte del Plan.