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el disputado voto de garcía benau

Mestre y Martínez se disputarán la Universitat en una segunda vuelta abierta 

VALÈNCIA. Cuando María Antonia García Benau accedió al salón de actos del Rectorado de la Universitat de València, pasadas las ocho y veinte de la tarde del jueves, ninguno de los otros dos candidatos a rector, ni Mavi Mestre ni Vicent Martínez, parecieron percatarse de su presencia.

En esos momentos la sala era un hervidero de personas, entre profesores, periodistas y personal de la institución, que iban de un lado a otro. A falta de conocer los datos provisionales finales, ya se sabía a ciencia cierta que habría segunda vuelta y que serían Mestre y Martínez los que competirían por suceder a Esteban Morcillo. Había agitación en torno a ellos, fotografías, felicitaciones, y los candidatos aparentemente no se dieron cuenta de la llegada de la tercera en liza.

Sin apenas mirarse a los ojos, Mestre y Martínez posaron juntos para los fotógrafos con la más ortodoxa de sus sonrisas, mientras con semblante sereno, seguida de su equipo, García Benau subió hasta situarse unos bancos más arriba. Pese a las buenas sensaciones que había tenido durante la campaña, tal y como vaticinaba la encuesta realizada por investigadores de la Universitat, había cosechado un 20% del voto ponderado, cifra considerable, por encima de lo esperado por sus rivales, pero insuficiente para seguir en la carrera.

Desde las seis de la tarde, conforme se fueron cerrando los colegios electorales, los equipos de los tres candidatos se dieron cita al principio de la avenida Blasco Ibáñez de València en el edificio del rectorado. El equipo de Benau, consciente desde el principio de la tarde noche de sus escasas posibilidades, optaba por la discreción. Mientras, en la sala de Juntas, la candidatura de Martínez recibía las primeras buenas noticias.

Durante buena parte del recuento, hasta el 90% aproximadamente, las diferencias entre Mestre y Martínez eran inexistentes, poco más de dos puntos. A Martínez se le podía ver comprobar el conteo en tiempo real en las pantallas y comentar diferentes aspectos con sus allegados, que iban entrando y saliendo de la sala. Su estrategia ha pasado siempre porque hubiera una segunda vuelta y los primeros datos confirmaban que era prácticamente imposible que su rival Mestre rebasará el 51% de votos necesarios para ello.

La catedrática de Psicología, considerada como la heredera de Morcillo y principal favorita, fue la primera en acceder al salón de actos para ocupar la primera fila con parte de su equipo. Algunos de ellos, de pie, iban y volvían con sus smartphones y le enseñaban los datos más recientes. Tras las dudas de los últimos días, se confirmaba que iba a ser la vencedora de la primera vuelta. También tenía motivos para sonreír.

Fue Esteban Morcillo el primero que reclamó a García Benau. Nada más llegar al salón de actos, y tras saludar a los otros dos candidatos, preguntó por ella. Martínez, que ya la había localizado entre el público, le señaló donde se encontraba. El rector saliente reclamó la presencia de la catedrática de Economía. García Benau bajó y se fundió en un abrazo con Morcillo. Juntos habían competido por el puesto en 2010 y en 2014 la catedrática tuvo el gesto de no presentarse, atendiendo a la delicada situación de la institución por culpa de los recortes dictados por el gobierno de Mariano Rajoy. Poco dado a la efusividad, Morcillo se saltó sus propias normas y tuvo incluso palabras cariñosas para ella.

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