En España celebramos elecciones locales, autonómicas, nacionales y europeas. Normalmente no todas a la vez aunque se está barajando un superdomingo en mayo donde acabaríamos con agujetas de tanto votar. En cualquier caso, las elecciones autonómicas demuestran otra desigualdad tan propia de la España de las autonomías, la mayoría de comunidades autónomas celebramos elecciones en la misma fecha, pero existen otras que no. Obviamente un adelanto electoral también supone celebrar en fecha distinta a la preestablecida la cita electoral. Susana Díaz ya convocó en marzo de 2015 elecciones adelantándolas un año, alegando desconfianza e inestabilidad con sus socios de gobierno.
Los cálculos dicen que tocaría votar en marzo de 2019 pero de nuevo la presidenta andaluza se ha adelantado y este primer domingo de diciembre, los andaluces votaran y decidirán si siguen siendo el único territorio de España, y probablemente de Europa que no cambia de partido gobernante durante 40 años. Pero las encuestas y la agitada e intensa campaña electoral parece que anuncian cambios. Prueba de ello, los multitudinarios actos de Vox, partido que tras su gran mitin en la plaza de toros de Vistalegre (Madrid) comienza a aparecer en casi todos los sondeos, y lo que más importa en política, en todos los telediarios. De hecho, el debate de los cuatro candidatos oficiales a la presidencia de la Junta de Andalucía, estuvo protagonizado por las constantes preguntas de Susana Díaz a los líderes del PP y C’s sobre si pactarían con Vox para desalojarla a ella del poder. En un tono que dejaba entrever que es un atrevimiento que pacten tres partidos de ámbito nacional que defienden la unidad de la nación; porque como todos saben los socialistas para desalojar a Rajoy han pactado con partidos mayoritarios y de ámbito nacional, ¡qué desfachatez!
Estas elecciones son más que nunca una prueba a nivel nacional de cómo está cambiando el panorama electoral y el sistema de partidos, la total desaparición del bipartidismo dio paso a los cuatro partidos, a priori ubicado en los tradicionales bloques izquierda/derecha aunque con novedosos matices transversales [prueba de ello es como Ciudadanos en la propia Andalucía pactaron con el PSOE y en Madrid con el PP]. Pero parece ser que este domingo puede irrumpir una quinta fuerza nacional que si se replicara en las elecciones generales, generaría un nuevo diseño del parlamento que se asemejará al famoso arcoíris italiano, por la variedad de siglas y colores de las distintas formaciones.