VALÈNCIA. La movilidad está llamada a jugar un papel estratégico en la transición hacia una sociedad más sostenible. En esta línea, la Comisión Europea se ha fijado como objetivo ponerse a la vanguardia a nivel mundial en la transición hacia una economía neutra en carbono. El Pacto Verde aprobado en Bruselas define cuatro elementos críticos para la movilidad sostenible y la industria del automóvil: la neutralidad climática, la contaminación cero en Europa, el transporte sostenible y la transición a una economía circular. Además, exige una reducción del 90% en las emisiones del transporte para 2050.
La nueva movilidad vendrá determinada por cinco grandes vectores de cambio: la sostenibilidad, que exige la progresiva reducción de emisiones; la transformación de los entornos urbanos y de las infraestructuras para poner al ciudadano en el centro; la revolución digital; la ruptura del concepto lineal de la cadena de suministro y la aparición de nuevos modelos de negocio y de colaboración.
En este sentido, los institutos tecnológicos que integran Redit están trabajando en numerosos proyectos que ayudarán a mejorar el ámbito de las Smart Cities y la movilidad sostenible. Y entre ellos, el Instituto de Tecnología de la Energía (ITE) se consolida como un socio global de este proceso de descarbonización ya que orienta sus proyectos de investigación a un amplio espectro de proyectos del ámbito energético. “La evolución de la movilidad afecta de manera transversal a muchos sectores, de ahí la importancia de la colaboración, no solo entre empresas, sino también entre centros tecnológicos y con la administración, para dar solución a los distintos retos a los que hay que hacer frente”, apunta Marta García, directora de ITE.
- El ITE tiene en marcha múltiples proyectos relacionados con la movilidad sostenible, abarcando toda la cadena de valor, ¿qué van a aportar?
- Como bien dices, los proyectos en los que estamos trabajando, en algunos casos en colaboración con otros centros tecnológicos, abarcan desde el ecodiseño, las redes, el almacenamiento, la movilidad, el desarrollo de nuevos componentes y nuevos materiales, soluciones a los procesos de fabricación, las infraestructuras de recarga, la seguridad en las redes de información, el reciclaje al final de la vida útil de las baterías… El objetivo es desarrollar nuevas soluciones para liderar esa transición hacia una economía neutra en carbono para frenar el cambio climático y que, a la vez, fortalezcan la competitividad de nuestro tejido empresarial, porque son proyectos que involucran a muchos sectores, como el metal, el plástico, el eléctrico, el energético, la automoción, la logística, el turismo o el químico, algunos de ellos muy importantes en la Comunitat Valenciana.