VALÈNCIA. La semana que queda atrás ha sido prolija e intensa en lo que se refiere a la reforma del sistema de financiación autonómica. Un modelo caducado desde 2014 cuya remodelación viene reivindicando la Comunitat Valenciana desde hace una década, dado que el reparto resultante perjudica notablemente a esta autonomía, dejándola a la cola de las regiones españolas.
Tanto el PP, en la etapa de Mariano Rajoy al frente, como el PSOE liderado por Pedro Sánchez, se han mostrado reticentes o incapaces para reformar el citado sistema, pese a las reiteradas promesas y compromisos proferidos a lo largo de estos años. Si en su día fue el 'procés' independentista la razón esgrimida para aparcar la remodelación, posteriormente fue la pandemia o, en otros momentos, los distintos procesos electorales que fueron produciéndose en todo este tiempo los que fueron utilizados como justificación. La realidad es que este asunto siempre ha resultado incómodo para los partidos nacionales, dado que las preferencias y criterios para el reparto son diferentes en cada comunidad autónoma, por lo que 'abrir el melón' puede conllevar una batalla entre regiones.
Más aún, se da la circunstancia de que las autonomías que se encuentran mejor financiadas no tienen ningún interés en abordar esta cuestión, por temor a perder su mejor posición, lo que obligaría al Gobierno central a un aumento de los recursos generales para conseguir que nadie saliera perdiendo. Un problema, por tanto, con muchas aristas que sólo ha adquirido interés en Madrid cuando el PSOE (PSC) llegó a un acuerdo con ERC para la investidura de Salvador Illa en el que se incluía una "financiación singular" para Cataluña, todavía pendiente de concretar y ser llevada al Congreso.