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el fracaso de las plazas sin catalogar

Los desterrados del sistema: miles de profesores, condenados a vagar por la Comunitat

  • Foto: KIKE TABERNER

VALÈNCIA. Miles de profesores en toda la Comunitat Valenciana se ven obligados a trabajar a cientos de kilómetros de su casa. El problema es de raíz burocrática y se resolvería con una decisión política, asegura su portavoz, Francesc Sanxis. La Generalitat tiene contabilizadas miles de plazas de profesor como plazas habilitadas, una categoría en precario respecto a las llamadas plazas catalogadas, consolidadadas por así decirlo. Las plazas habilitadas sólo pueden ser ocupadas por interinos, funcionarios suprimidos, desplazados, en prácticas o en comisión de servicios, pero no como destino definitivo de un funcionario de carrera. El espíritu de la ley es que se tratan de puestos de trabajo que se necesitan cubrir. Cuando esa necesidad es perenne, ese puesto de trabajo pasa a estar catalogado y lo pueden ocupar funcionarios de carrera.

La paradoja se da cuando la mayoría de las plazas vacantes de profesorado de la Conselleria de Educación están contabilizadas en el registro oficial como habilitadas. Eso hace que estos puestos sólo puedan ser ocupados por interinos. Los funcionarios sólo pueden ocuparlas en comisión de servicio, y para ello se tienen que dar unas circunstancias determinadas. De ahí que se esté produciendo el sinsentido de que haya casos entre el profesorado que prefiera seguir siendo interino, con la precariedad que ello conlleva, porque si pasaran a ser funcionarios podrían acabar destinados a cientos de kilómetros de sus hogares.

La sinrazón administrativa adquiere tintes de broma macabra cuando se constata que son los funcionarios, supuestamente quienes tienen la mejor cualificación, los que son condenados a los destinos más alejados y remotos de la Comunitat Valenciana. El profesor de Godella que se ve obligado a dar clases en Torrevieja durante cuatro años, la profesora de inglés de Alicante que es destinada a Llíria, el profesor de francés de Almoradí que es destinado a Alzira, estos tres casos, reales, son solo una mínima muestra de un problema que afecta a miles de docentes en la Comunitat Valenciana.

Décadas lejos de casa

Con un añadido: aquellos que tienen enseñanzas más específicas, ven cómo su situación se está enquistando y llevan décadas destinados a cientos de kilómetro de su lugar de procedencia. Ése es por ejemplo el caso de Francesc Sanxis, profesor de Producción de Artes Gráficas, quien lleva desde 2005 condenado a vagar por destinos alejados de Benifaió, su lugar de residencia; una situación tan demencial que le hizo por optar, hace unos años, por pedir destino en Mallorca. Ya puestos, se dijo, aprovecho para vivir en otra comunidad.

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