VALÈNCIA. Si la palabra 'bufé' impregna tu mente de imágenes de comida reseca, bandejas cochambrosas, niños maleducados y tripas apretujadas, no has estado en Les Grands Buffets. Al Sur del país vecino, concretamente en la ciudad de Narbona, está la prueba de que hay vida más allá del fast food. No en vano, el bufé fue un invento galo del siglo XVIII, cuando la comida se disponía sobre la mesa para que los comensales se sirvieran a discreción. En aquel entonces, nadie pensaba en el reclamo del all you can eat, y se seguían guardando las formas en cuanto a cubertería y mantelería. Y de eso va el espacio que ahora nos ocupa. De platos clásicos, marisco de calidad, alta pastelería y vino del Sur de Francia, junto con una obscena variedad de quesos (concretamente 110), que le confieren el récord mundial quesero en este formato. Una meca de peregrinaje en la región de la Occitanie que, más allá de paladares selectos, se dirige a los amantes del fogón tradicional. Bienvenidos al delirio, y bon appetit.
Fundado en 1989, Les Grands Buffets es fruto de la imaginación de Louis Privat, actor en su juventud. Soñaba con crear "un restaurante para el gran público, que a su vez recuperara el lujo, la tradición culinaria francesa y los servicios de mesa más clásicos", (esa mesa que es Patrimonio Inmaterial de la Unesco). Así fue como nació este espacio, que hoy en día es el mayor restaurante de Francia en volumen de negocios, con alrededor de 350.000 cubiertos anuales, 14,9 millones de euros de facturación y 140 empleados en sus tripas. Se dice rápido, pero se mastica despacio. Esto supone que cerca de 1.000 personas pasan por sus mesas cada jornada (abre los 365 días del año, todos los mediodías y noches), venidas en un 50% de otras áreas de Francia y en un 10% del extranjero. Hay que reservar con más de un més de antelación, pero que nadie se llame a engaño. El precio por comensal es muy inferior al que cabría imaginar: 37,90 euros el cubierto (sin bebida), con descuento para niños.