VALÈNCIA. Jonathan Ramos jamás ha dejado de aprender. De pequeño poca gente confiaba en él. Tal vez por su diagnóstico al tener síndrome de Down, o por su porcentaje de discapacidad de más del 80%. Pero como niño que era, Jonathan estudió en el colegio y en el instituto, a pesar de las primeras dudas del profesorado, se graduó con 18 años y con mención especial por su trabajo. Después de aquello jamás ha parado. Hizo un curso de administración durante dos años gracias a la formación Asindown. Su madre continuó buscando más y más cursos, aprendió cocina, estuvo un año haciendo prácticas en un restaurante y ahora, acaba de finalizar un curso de informática: su verdadero sueño.
“Le tengo que dar la mayor cantidad de posibilidades de ser independiente —afirma Consuelo Moreno, su madre—. Para mí el cerebro es un músculo que tienes que ejercitar y nunca he querido ponerle barreras. Si él quiere hacer formación, voy a hacer lo posible por conseguirlo. A veces sigo creyendo que incluso no hago suficiente”.
Las personas con discapacidad son el 9% de la población española. En la Comunitat Valenciana hay 326.623 personas con algún tipo de discapacidad. Estas personas han pasado de considerarse “disminuidos” en la Constitución española a ser percibidos legalmente como “personas con discapacidad”. Hay leyes que regulan su formación laboral, su inserción en el mercado laboral y su igualdad en todos los aspectos. Subvenciones, ayudas, protecciones… Todo está regulado. Todo está en papel.
Pero todos los cambios que afectan a las personas con discapacidad parecen quedarse en eso, en el papel. El último: la inclusión laboral. Los últimos datos presentados por el INE en 2023, señalan que en 2022 había 1.941.900 personas con discapacidad en edad de trabajar, de las cuales 685.300 personas eran activas, un 2,6% más que en 2021. No obstante, de ellas, 146.400 personas se encontraban en situación de paro y 538.900 estaban ocupadas. Es decir, mientras que la tasa por desempleo en la población española general se encontraba en el 13,04% en 2022, la tasa de paro de personas con discapacidad alcanzaba el 23,8%: el 23,8% de las personas con discapacidad en edad de trabajar y dispuestas y capacitadas para ello, se encontraban sin trabajo.