CASTELLÓ. El cambio climático, el incremento de costes por la Guerra de Ucrania y la competencia de terceros países con precios más baratos han situado al campo en una situación insostenible. La crisis se prolonga desde hace años, pero en este ejercicio han coincidido condiciones que se han convertido en la tormenta perfecta. Los problemas se dan en diversos países de la Unión Europea. Así, productores, cooperativas y operadores valencianos, al albur de las protestas en Francia y Bruselas, han sellado una alianza y han convocado nuevas movilizaciones. En Castelló habrá una protesta el 15 de febrero en el puerto, a la que hay que añadir la concentración prevista este 7 de febrero por la Unió Llauradora contra las importaciones de cítricos de Egipto.
La ola de movilizaciones ha sido convocada de forma unitaria por AVA-Asaja, la Unió Llauradora i Ramadera, Asaja Alicante, la Coordinadora Campesina del País Valenciano (CCPV-COAG) y la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA-PV), con el apoyo de las Cooperatives Agro-alimentàries de la Comunitat Valenciana, así como del Comité de Gestión de Cítricos, que integra a los operadores comerciales.
De esta manera, el sector agrario une fuerzas para potenciar sus reivindicaciones ante las diferentes Administraciones. Reclaman especialmente revisión de los tratados de libre comercio con países que compiten con normativa más laxa a nivel laboral, ambiental y fitosanitario, más margen en la aplicación del Pacto Verde Europeo, y acciones para afrontar el cambio climático.