Valencia Plaza

una de cada cuatro toneladas de contaminantes emitidos en 2007 habría dejado de verterse

La industria valenciana reduce sus emisiones al aire un 24% en quince años pero sigue al nivel de 2012 

  • Foto: M. A. URBANO | Montaje: GUILLERMO R. GIL

VALÈNCIA. Las grandes instalaciones productivas situadas en suelo valenciano han reducido la emisión de contaminantes a la atmósfera casi un 25% en una década y media, lo que significa que en torno a una de cada cuatro toneladas de agentes expulsados en 2007 habría dejado de verterse. Esta situación, transversal en mayor o menor medida a casi todos los sectores industriales, se alcanza en gran parte por la disminución de la contaminación que emana de las plantas cementeras, una de las ramas de actividad con mayor presencia en la Comunitat Valenciana y, por tanto, que más agentes libera a la atmósfera en un ejercicio. No obstante, y si bien la cantidad de emisiones ha caído de manera más que notable en quince años, las cifras de vertidos de 2022, el último año con resultados disponibles, aún son muy similares a las que se arrojaban una década atrás.

Los datos sobre emisiones industriales, que provienen del Registro Europeo de Emisiones y Transferencias de Contaminantes (E-PRTR) creado por la Unión Europea en 2006, han sido accesibles gracias a la colaboración entre el proyecto CORRECTIV.Europe, una red de periodistas locales fundada por el medio de investigación alemán CORRECTIV, y Valencia Plaza, y en ellos aparecen todas aquellas plantas que superan distintos umbrales mínimos de dispersión anual de contaminantes fijados por la UE. Por lo tanto, si una instalación no llega a esos valores sus emisiones para ese ejercicio no están obligadas a aparecer. Además, y como ha constatado este diario con fuentes del Servicio de Prevención y Control Integrado de la Contaminación de la Conselleria de Medio Ambiente, responsable de la validación de los datos de las plantas valencianas, varias cifras no habrían sido incluidas en el registro al no estar aún verificadas, por lo que las cantidades finales podrían ser incluso mayores en algunos casos. 

Esta situación, de hecho, afecta a los vertidos de varias de las plantas más contaminantes de la Comunitat Valenciana, como son la central térmica de Naturgy en Sagunto y la cementera de Holcim en el mismo municipio. Ello podría explicar en parte por qué las toneladas de emisiones emitidas caen de forma drástica en algunos ejercicios concretos, como sucede con 2018 y 2021, justo dos años para los que no se han incorporado todavía las cifras de dióxido de carbono expulsado, el principal agente contaminante, de ninguna de las dos instalaciones anteriores. 

De este modo, el E-PRTR muestra que si hace más de una década y media era habitual que las plantas industriales situadas en la Comunitat Valenciana superaran los seis o siete millones de toneladas de contaminantes anuales, en los últimos ejercicios no se han alcanzado de manera recurrente los cinco millones, y en algunos años la cifra se ha situado incluso por debajo de los cuatro. Aunque factores como la reducción puntual de la producción en determinadas industrias o sus fluctuaciones debido a cuestiones como la pandemia y la posterior crisis también pueden haber influido en este descenso, las regulaciones medioambientales y la búsqueda de alternativas productivas más sostenibles estarían en gran parte tras la caída de las emisiones.

La Unión Europea fija unos límites muy estrictos, y si una empresa quiere además obtener un certificado medioambiental se le piden a cambio acciones para la reducción de las emisiones, que sí se están llevando a cabo”, explica el investigador del Instituto Universitario Mixto de Tecnología Química de la Universitat Politècnica de València, Eduardo Palomares, quien apunta que, más allá de los datos de este siglo, los vertidos han disminuido de forma drástica en comparación con los arrojados a la atmósfera hace tres décadas, sobre todo en determinados agentes. “En el dióxido de azufre, por ejemplo, las emisiones se han reducido un 95% respecto a los años 90”, ya que, entre otras cuestiones, se ha sustituido progresivamente el carbón por otros combustibles fósiles y además la legislación es mucho más estricta.

Por sectores, la caída de las emisiones respecto a 2007 se aprecia sobre todo en la industria mineral, y en gran medida en las actividades de fabricación de cemento, la rama productiva cuyas emisiones más peso tienen sobre el total de esta industria. En este sentido, las cementeras habrían pasado de expulsar tres millones de toneladas de agentes contaminantes al año a la atmósfera a situarse en poco más de 0,8 millones en 2022. En el lado opuesto, la elaboración de productos cerámicos reportaba 0,3 millones de toneladas hace más de quince años y en los dos últimos ejercicios, en cambio, emitió más de 0,5 millones de toneladas anuales, por lo que sus vertidos a la atmósfera habrían crecido levemente.

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