VALÈNCIA. El trayecto ha llegado a su fin después de medio curso de abrupto itinerario para adjudicar el contrato de servicios de transporte escolar en la Comunitat Valenciana. La Generalitat ha hecho frente a una guerra de recursos sin precedentes, con una situación especialmente conflictiva en la provincia de Alicante, durante la que ha mantenido numerosas mesas de negociación con los sindicatos. La aprobación de la licitación ha intentado ser salomónica, en la medida que se han repartido los lotes entre las distintas UTE, poniendo en igualdad de condiciones a los dos contrincantes alicantinos más notorios.
Así, dentro de dicha provincia, los grupos más beneficiados son la UTE Ángel Mariano Molla (que se queda con los lotes A1, A3, A3, A10) y la UTE Pedro Valdés e Hijos, en sus dos variantes de Aracil y Cabranes, (con la UTE A9, A11 y A12). Únicamente les separa un lote. Por su parte, la UTE Mar Menor-Iberocar-Belmonte operará con los lotes A4 y A8, mientras que el A5 es para la UTE de Autobuses Dènia y el A7 para la UTE Llorente Bus. El lote A6 ha quedado finalmente desierto al ser descalificada la única oferta recibida.
Una situación que se simplifica notoriamente en el resto de la Comunitat. En el caso de Castellón, prácticamente todos los lotes van para la UTE Castellón Escolar 2016 (C1, C2, C3, C4, C6), agrupación a la que pertenecen prácticamente todas las empresas de la provincia. Únicamente el lote C5 queda para la UTE Viajes Massabus y Mundobus.
Sucede lo mismo en la provincia de València, donde todos los lotes se adjudican a UTE Valencia-16 (desde el V1 al V6), liderada por Transvia y que agrupa a la mayoría de los operadores de la provincia, en lo que supone una concentración total del contrato de servicios.