VALÈNCIA. La resaca del golpe recibido por parte del todavía presidente de la Generalitat y líder del PSPV, Ximo Puig, por las candidaturas al Congreso y Senado ha durado varios días. El jefe del Consell reaccionó con rapidez e intervino en el Comité Federal del PSOE apenas 24 horas después de conocer el desplante de Ferraz para quitarle hierro al asunto. El propio Pedro Sánchez le mencionó en su discurso: un gesto de cariño que nadie del PSPV creyó.
Los secretarios provinciales de Alicante y Valencia, Alejandro Soler y Carlos Fernández Bielsa, habían ganado el pulso al mismísimo Ximo Puig. El líder del PSPV había modificado las listas presentadas al Congreso y Senado propuestas por estas direcciones provinciales: pese a tener el compromiso de Ferraz (aseguran que tanto del secretario de Organización, Santos Cerdán, como del propio Pedro Sánchez) de que mandaría el criterio de Puig, las reuniones con Soler y Bielsa terminaron por devolver las listas casi a su estado inicial con una sonora desautorización al secretario genera de los socialistas valencianos.
De esta manera, la alianza Soler-Bielsa cosechaba un éxito orgánico de gran relevancia. De hecho, en el entorno de Puig ya venían maniobrando internamente y explorando otras opciones para evitar que Bielsa fuera presidente de la Diputación de Valencia. Una operación que, tras el varapalo de las listas, parece ya descartado puesto que se necesitaría para ello el aval de Ferraz.