VALÈNCIA. Cinco años en Bruselas dan para mucho. Dan para tener una hija, escribir un libro y… ¿plantar un árbol? De momento, no sé cuántos árboles ha plantado Jordi Sebastià en su barraca del barrio de La Punta, en València, pero lo que sí ha hecho seguro es poner una pica en Flandes. Porque su paso por el Parlamento Europeo durante la última legislatura, que ahora termina, no ha sido en vano. Desde la comisión de agricultura y de la de igualdad, el eurodiputado de Compromís ha hecho oír su voz en la Unión Europea, la voz de los agricultores afectados por la naranja sudafricana, la voz de los afectados por el Castor, la voz de los sectores productivos valencianos que piden un corredor mediterráneo… Ahora, renueva su candidatura con el propósito de terminar el trabajo que comenzó en 2014.
-Inicia su segunda campaña como candidato al Parlamento Europeo. Pero, estas elecciones van junto a la campaña de las municipales, al contrario que en 2015, que se celebraron en solitario. ¿Cree que la gente es conocedora de lo que va a votar o para qué le va a votar?
-Por desgracia, la política europea está aún muy ausente del debate político mediático, tanto en el Estado español como en el País Valencià. El votante no está informado de la importancia que tienen las decisiones que se toman en Europa. De otro lado, los valencianos en esta legislatura nos hemos despertado con el golpe que ha representado el acuerdo entre la Unión Europea y Sudáfrica. Y hemos descubierto, por culpa de esa crisis que las decisiones que se toman en Bruselas nos afectan y mucho. Por desgracia, ha sido una forma dolorosa de despertarse, pero esperemos que eso anime a la gente a votar y a participar y, obviamente, a elegir las coaliciones para que este tipo de decisiones no se puedan dar.
-Europa continua negándolo. Dice que la entrada de la naranja sudafricana no ha tenido nada que ver con la mala campaña de la naranja valenciana.
-El caso es que nosotros le hemos pedido a la Comisión Europea que nos diga de dónde saca esas cifras de que no ha aumentado su exportación, porque las cifras oficiales del Ministerio del Gobierno español nos dicen todo lo contrario. Y aún no nos han respondido. Creemos que la Comisión o no tiene toda la información, cosa que sería muy negativa, o se está comportando de una forma irresponsable. Entre otras cosas, porque negó en directo en la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo que hubiera solapamiento entre la campaña de la naranja valenciana y la sudafricana. Y nosotros hemos visto en el mes de octubre que estaban unas junto a las otras. El señor Hogan -Phil Hogan, Comisario de Agricultura-, cuando fue elegido, sin nuestro voto, le preguntamos qué ideas tenía para paliar la crisis que estaban ya sufriendo el sector citrícola, y el sector de la fruta y la verdura, que es el más potente de la agricultura valenciana. Su respuesta fue que él de la agricultura mediterránea no tenia mucha idea. Yo le dije que, un comisario que no conoce mi realidad, no me vale. Y por eso votamos en contra. Los socialistas, los populares y Ciudadanos le votaron, y ahora deberían explicar este señor qué hace allí.
-Ha dicho que ésta es la forma dolorosa en que Europa ha entrado en nuestras vidas, eso es muy negativo para nuestra visión de Europa…
-Europa entra cada día a nuestra vida cotidiana. Desde hace muchos años, las políticas neoliberales de la gran coalición socialista, populares y Ciudadanos están haciendo que cada vez más gente se considere euroescéptica, que vea Europa como un problema, que Europa no es esa garantía de progreso y de bienestar que pensábamos que era. Cuando el Estado español entró en la Unión Europa, toda la gente estaba muy contenta porque entraba en el club de los ricos, donde los derechos humanos se cumplían de forma sistemática. Y, ahora, comenzamos a ver mucha gente que cree que eso no es así. ¿Por qué? Porque las políticas neoliberales están haciendo que cada vez más gente se encuentre fuera del sistema y se sienta desamparada. Hace veinte años, había un 23 por ciento de pobres y ahora tenemos los mismos. No hemos conseguido avanzar. Hemos crecido en riqueza pero no en bienestar.
-Antes decía que esto se debe a las políticas neoliberales, Pero ello no significa que éstas sean intrínsecamente europeas, sino que llevamos quince años, tres legislaturas, de gobiernos liberales.
-Absolutamente, no podemos confundir el que está gobernando con la estructura. No podemos confundir el patrón del barco con el barco. Nosotros decimos que somos europeístas críticos, pero no decimos que somos antieuropeístas, en absoluto. No vamos a prescindir de la construcción europea, la necesitamos y pensamos que puede ser muy positiva. Lo que hace falta es un cambio de rumbo. Tenemos clarísimo que no vamos a abandonar el barco, lo que vamos a hacer es apoderarnos del timón hacia una política para las personas, social, una política verde, feminista. Vamos a intentar que la gran mayoría de la ciudadanía europea se encuentre a gusto y vea que eso es el progreso, un progreso basado en la justicia social, por encima de todo, y en la solidaridad.
-No parece ser el panorama que nos auguran las próximas elecciones al Parlamento Europeo, con el auge de todos los grupos populistas/fascistas que están creciendo en toda Europa y que pretenden asaltar las instituciones comunitarias…
-Hay otro grupo que está creciendo en Europa, los verdes, especialmente en Alemania, que es nuestro grupo. Por eso decimos que nuestro grupo, "Compromís per Europa", está en el lugar adecuado para poder romper esa alianza socialistas-populares y para poder cambiar el rumbo de la Unión Europa. Somos el único grupo que está creciendo al margen de esa extrema derecha populista y peligrosa.