Viendo los grandes apoyos que recibió la semana pasada Felipe VI a través del simpático vídeo de Libres e Iguales y del reportaje especial de Abc (menos festivalero pero igual de arrojado a la fantasía monárquica), cualquiera podría pensar que Zarzuela no necesita más actos de apoyo y admiración a la causa. ¡Si ya tienen a Calamaro y a Cayetana Álvarez de Toledo, un tándem invencible! Pero las voces insidiosas contra el jefe del Estado y, en general, con un sistema de poder hereditario más propio del siglo XIV que del XXI, hace que todo esfuerzo sea poco para salvaguardar el buen apellido Borbón. Es imprescindible que la Casa Real siga poniendo toda su creatividad en marcha para mantener la popularidad de Felipe VI bien, bien arriba (aviso, graciosillos: prohibido insertar aquí un chiste sobre Carrero Blanco o acabaréis en la Audiencia Nacional, luego no digáis que no he avisado).
Total, que como la aquí firmante cree en un periodismo de servicio público (¿y qué hay más público que una institución como la Corona que vamos pagando religiosamente año tras año con nuestros impuestos?), he elaborado una breve guía con propuestas para lograr que, de una vez por todas, la monarquía reine de forma absoluta en el corazón de sus súbditos. Sí, de todos vosotros, estimados lectores, estimadas lectoras. Porque esos criptocomunistas, separatistas bolivarianos feminazis cada vez tienen más ganas de romper este régimen de convivencia que nos dimos entre todos en la Transición y que tan niquelado nos ha quedado. Vamos, ni un pero le podemos sacar. Así que, aquí dejo algunas sugerencias que haré llegar también vía correo postal a Jaime Alfonsín Alfonso, actual Jefe de la Casa de Su Majestad el Rey de España (sí, ese es el nombre oficial del cargo, el responsable de diseñar sus tarjetas de visita todavía está llorando). El objetivo final es convertir a Felipe VI en algo más que un rey: en el influencer definitivo que este país necesita. Con esta meta en el horizonte, he agrupado mis sugerencias en cuatro campos temáticos:
La cultura
Sí, ya sabemos que intelectualoides y titiriteros no son muy dados al fervor monárquico, pero eso es porque todavía no han comprendido que Felipe VI es un hombre culto y lleno de inquietudes… ¿por qué si no llevan tres décadas haciéndonos saber por tierra, mar, aire y reportaje edulcorado lo preparadísimo que está, los muchos idiomas que habla y la diversidad de los conocimientos que atesora? Ha llegado el momento, por fin, en el que el monarca va a poder dar rienda suelta a toda su cultura a través de dos iniciativas en las que los ciudadanos deberemos participar por orden alfabético: un club de lectura y un cinefórum que se celebrarán en algún saloncito vacío de Zarzuela (alguno tiene que haber en el que no estén continuamente trabajando para mejorar ESPAÑA). ¿Debemos participar todos? Pues claro, es un acto de amor a la patria, como hacer la mili a no ser que seas Santiago Abascal. Obviamente, será don Felipe quien elija el libro y la película de cada sesión, que para algo es el rey y no un siervo de la gleba como vosotros, desgraciados. Además, como ha viajado muchísimos y tiene amigos de territorios distintos, seguro que conoce un montón de obras literarias o fílmicas maravillosas, joyitas desconocidas para el gran público. Después de tanto tiempo rellenando sus listas de Filmin y Goodreads, Felipe por fin podrá dar rienda suelta a toda esa sabiduría polifacética que alberga en su interior y en la que no puede recrearse ya que está demasiado ocupado salvándonos de los catalanes malos. Por si queréis ir adelantando faena, sospecho que el primer libro propuesto será algo de Pérez-Reverte y la película, 300.