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‘XEITO I ESPENTA’ DESDE MADRID

Fin de semana de elefantes

  •  Sánchez saluda a Iglesias en el Congreso tras el debate de la moción de censura. Foto: J.J. GUILLÉN/EFE

El origen del elefante en la habitación. En muchas ocasiones los periodistas y los políticos cometemos el error de hablar para nosotros mismos. En estos días ha hecho fortuna la expresión “elefante en la habitación” con total familiaridad sin percatarnos de que a lo mejor nuestros interlocutores, el común de los mortales, no repare en el significado del sucedido. Así que vamos a buscar ese origen para entender de qué estamos hablando. Elephant in the room pasa por ser una expresión publicada en un artículo traducido en El País y acuñada por The New York Times en noviembre de 2006 a propósito de un asunto de educación ,- financiar las escuelas se ha convertido en un problema similar a tener un elefante en el salón; es tan grande que no puedes ignorarlo-. Siempre se ha pensado en su origen inglés, pero de verdad el primero que la mencionó fue el poeta ruso Ivan Krylov en su obra El hombre inquisitivo (1814) en la que el protagonista visitaba un museo y se fijaba en los detalles, pero no en el elefante disecado que ocupaba gran parte de una estancia. Tuvo tanta trascendencia que hasta Dostoievski la utilizó en Los demonios (1872) y también Mark Twain en El robo del elefante blanco (1882). A partir de aquí numerosos autores de nuestros días la mencionan. Y como no, nuestros políticos y los escribidores.

¿Quién no ve el elefante? Dícese de una verdad evidente que se ignora o pasa inadvertida. Problema o riesgo sobre el que nadie quiere discutir. Evidentemente en estos momentos hay quien no quiere ver el elefante en cuestión. Se reúnen, cuando lo hacen, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, cada uno habla de lo suyo, uno le pide el apoyo al otro casi gratis et amore y el otro suspira por vicepresidencias y ministerios. Al final el elefante crece y crece y ninguno lo ve. Digamos que metafóricamente el paquidermo en cuestión está. La imposibilidad de la investidura al menos a pocas horas de la sesión parlamentaria promete un fin de semana de negociaciones y de elefantes. Sánchez cierra los primeros acuerdos o eso parece con Compromís, PNV, Partido Regionalista de Cantabria, Bildu y a la espera de los independentistas (ERC que parece que sí, y Jxcat también) y el elefante que no se ve, Unidas Podemos, con su consulta interna sorpresiva que ha levantado las críticas socialistas, dicen que por inoportuna e innecesaria.

Distintos elefantes. Es común aquello del “elefante en cacharrería”, que en ocasiones muchos provocan. Le ha pasado a Pablo Iglesias con sus peticiones ministeriales estrambóticas, sus supuestas consultas democráticas internas, también a Pedro Sánchez y sus huestes porque han decidido ir por la calle de en medio para mantenerse en Moncloa y como no a Albert Rivera con el carajal interno que tiene en su partido con “elefantes balanceándose sobre la tela de una araña y como veía que no se movía fue a buscar otra compañía...”. En el PP, digamos que el elefante de Pablo Casado, es menor, cuasi Dumbo, pero ojo que al final el pequeñin triunfó con sus orejas tan grandesY luego en nuestro imaginario colectivo tenemos lo del “elefante blanco” del 23F. Aquella máxima autoridad que iba a tomar las decisiones. Al final el elefante fuese y no fue visto. Decía el desaparecido Alfredo Pérez Rubalcaba aquello del “gobierno frankenstein” pues es lo que parece que puede ocurrir. Aunque Sánchez le tire carrete al PP y Ciudadanos con la boca pequeña para solicitar una abstención lastimera según asegura la derecha y de altura de miras según el PSOE. Así que elefantes tenemos varios y nadie los ve, o mejor dicho nadie los quiere ver. Si la próxima semana hubiera gobierno, todos tan contentos, sino habrá que esperar a septiembre con todo muy mareado y enrarecido. O puede ocurrir que el mes de agosto les siente bien a todos, reflexionen y consigan el acuerdo. Y así visualicen todos el elefante que está en la habitación o que algunos llevan dentro. Y si no escuchen a nuestros “jarrones chinos” favoritos, Felipe González que les pide a todos que “se vayan al rincón de pensar” o José Mª Aznar que dice que estamos ante “una hoguera de disparates que no tiene ningún sentido”. Y no nos podemos olvidar de los 38 elefantes de Anibal Barca que atravesó desde Hispania los Pirineos y los Alpes para conseguir enormes conquistas, pues como ahora Pedro Sánchez si es que le sale bien. En fin, lo dicho, fin de semana de elefantes.

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