Hace unos días leía una reflexión, “¿no podían sustituir los informativos por un rótulo que parpadeara durante unos segundos, anunciando que TODO MAL?” Estamos saturados, abatidos, desolados... Pero no dejaremos que el ánimo decaiga y siempre buscaremos las buenas noticias en estos tiempos inciertos y el talento en cada rincón de nuestra geografía.
Así que hoy vamos a hablar de helados. ¿Helados en invierno? No nos hemos vuelto locos. Los helados no son solamente para el verano. Con el clima benevolente de la Comunitat Valenciana, pueden -y deben- consumirse durante todo el año. ¿No los hay siempre en los supermercados? Pues eso. Hoy venimos a contarte que Rubén Álvarez, uno de los más geniales creadores en materia heladera, se lanza a los envíos nacionales con Esneu, un trepidante proyecto para acercarnos a casa, todo lo que sale de su obrador en Novelda. ¿Cómo ha llegado hasta aquí?
A diferencia de la trayectoria de muchos chefs y pasteleros, la incursión de Rubén Álvarez en la gastronomía fue fortuita. Le gustan la música electrónica, el diseño, la arquitectura y el arte. Pero que le gustaba la pastelería lo descubrió después. “Con 13 años empecé a estudiar gastronomía en la Escuela Superior de Hostelería y Turismo de Madrid. Un año antes, en el test que te hacían en el colegio para ver qué podías estudiar, todo me salía como para hacer actividades al aire libre. Vamos, que en realidad todo apuntaba a que no quería estudiar”, cuenta a Guía Hedonista.
Unos amigos de su barrio se apuntaron a estos cursos de cocina y sala, le llamó la atención y dijo, ¿porqué no? Al poco de empezar, empezó a hacer prácticas con Paco Torreblanca y en la Pastelería Totel de Elda. “Mi madre es de Novelda y lo que vi en ese momento, es que podía hacer prácticas y estar con mis amigos”. Lo que quizás no sabía en ese momento, es que esos pequeños pasos iban a ir definiendo quién iba a ser el día de mañana.