VALENCIA. Cambio radical de tendencia en el Puerto de Valencia. El desvío de barcos forzado por la falta de estibadores de las últimas semanas ha truncado el crecimiento en el tráfico hasta el punto de que, solo durante julio, el recinto ha perdido 52.000 TEU respecto al mes anterior, más del doble del volumen de contenedores que había ganado durante el primer semestre.

Según los datos que maneja la Autoridad Portuaria de Valencia (APV), el tráfico de contenedores acumulado hasta el pasado mes de julio superó ligeramente los 2.727.205 TEU frente a los 2.746.960 del mismo periodo de 2015, lo que equivale a un descenso del 0,72% o 19.755 TEU menos.

El dato contrasta con el crecimiento del 0,93% del primer semestre, casi 22.000 TEU más que en el mismo periodo del año anterior. Sólo durante el mes de julio, el Puerto de Valencia ha perdido más de 41.000 TEU respecto al mismo mes de 2015 al haber pasado de un total de 395.566 contenedores a poco más de 354.000.

La caída del tráfico de contenedores en julio ha coincidido con el estallido de la crisis por falta de mano de obra en los muelles valencianos, lo que ha obligado a las navieras a desviar sus barcos hacia los puertos de Sagunto, Castellón y Barcelona ante la imposibilidad de ser atendidos en las terminales. En términos relativos, el porcentaje de buques que han atracado en otros puertos roza el 30%.

La escasez de mano de obra está directamente relacionada con la falta de acuerdo para cerrar definitivamente la renovación del convenio de los trabajadores portuarios a pesar de que las dos partes dieron por hecho el pacto hace apenas dos semanas. El hecho de que la apertura de la bolsa para la entrada de trabajadores eventuales se haya vinculado a ese acuerdo ha impedido el ingreso de 85 estibadores necesarios para cubrir las necesidades de mano de obra en el periodo estival.

Aunque el problema se ha visto atenuando en los últimos días porque los estibadores han accedido a doblar turnos -durante varias semanas en julio se negaron a hacerlo-, en el recinto valenciano existe el temor de que lo que ahora son desvíos puntuales pueda convertirse en cambio definitivo de rutas.

Crecen los competidores

La preocupación es aún mayor si se observa la evolución de los tráficos de los recintos que compiten directamente con el Puerto de Valencia: el Puerto de Barcelona, para el tráfico de import-export, y el de la Bahía de Algeciras para el de contenedores en tránsito (descargados en el puerto pero que tienen como destino final otro recinto).